Torres y el Gobierno en minoría
Primera plana ·
Es probable que el próximo mandato asistamos a un Gobierno en minoría, exclusivamente socialista (quizá, con ASG) y presidido por TorresEn Canarias nunca se ha producido una mayoría absoluta. El sistema electoral, condicionado por el contrapeso excesivo de la territorialidad, ostentando una descomunal desproporcionalidad en el balance final entre voto y representante, mayor incluso que la de Euskadi, dio en el mejor de los supuestos (y sobre una Cámara conformada por 60 diputados) en 1983 al PSOE 27 actas y en 2007, tan solo una menos, 26. Ángel Víctor Torres cosechó, en mayo de 2019, 25 sobre 70; ya había entrado en vigor el nuevo Estatuto de Autonomía. Las tres victorias socialistas en el archipiélago vinieron precedidas por olas electorales estatales: la primera, la de Felipe González en 1982; la segunda, la de José Luis Rodríguez Zapatero en 2004, y, la tercera, la miniola de Pedro Sánchez después del triunfo inesperado de la moción de censura que presentó frente a Mariano Rajoy. Después de alcanzar las respectivas cúspides en las urnas, se produjo en la siguiente cita un descenso del PSOE, tanto en 1987 (21 escaños, -6) como en 2011 (15, -11). Por lo tanto, es previsible que en 2023 suceda otro tanto. Es natural el desgaste de estar gobernando. Máxime, tras una crisis económica como la actual. Y si, en el mejor de los supuestos, que ya es decir, Torres repitiese resultados a costa de la bajada que se barrunta de Podemos, es lo mismo. Los antecedentes históricos del comportamiento electoral en Canarias son los que son y vaticinan que es difícil que reproduzca las 25 actas.
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Al dinamitarse los puentes con CC tras los movimientos del PSOE en Tenerife y apostar por un discurso de marcado cariz de izquierdas, la aritmética parlamentaria puede sentenciar fácilmente que no haya más acuerdos viables en el futuro. Dicho en plata, que el Pacto de las Flores no reedite un mínimo de 36 escaños. Si a esto le añadimos, en cuanto a la bancada de la derecha, que entre Vox en el Parlamento, el margen de maniobra será escaso por no decir nulo. ¿O es que CC pactará con la ultraderecha neoespañolista?
Es probable que el próximo mandato asistamos a un Gobierno en minoría, exclusivamente socialista (quizá, con ASG) y presidido por Torres, que tendrá que desplegar la geometría variable para ir sacando adelante leyes, decretos-leyes (otra novedad estatutaria) y los diversos Presupuestos respetando el principio de anualidad. CC no permitirá que NC esté dentro de ese Gabinete, cuando ponga precio a su respaldo parlamentario. El fantasma de la reunificación nacionalista se ha disipado para Torres. O, dicho de otro modo, la misma tendencia descrita que le atañe al PSOE, hace lo propio con CC. Tras decidir en la cita congresual atarse a Fernando Clavijo y las esencias de ATI, se ha roto el entendimiento con NC. Y, sobre todo, y lo más relevante, si destruido lo está ahora también lo estará a partir de 2023 porque seguirá siendo Clavijo quien esté al timón de la organización. A saber, el cronograma que hubo acerca de una potencial confluencia del nacionalismo no era indefinido, tenía un plazo máximo: esta legislatura, este 2021 para ser precisos. Pero la aritmética parlamentaria que se otea, la justicia electoral, impediría esa opción. Además, para ejecutar esa maniobra entonces, se haría ahora. No tiene sentido esperar. Pero no se hace. CC continuará en manos de Clavijo. Y Torres permanecerá en el Gobierno en el ciclo 2023-2027. Lo hará solo, con mucho diálogo parlamentario, pero seguirá en el poder.
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