Las redes sociales se han convertido en una extensión de la forma en que nos comunicamos y compartimos lo que consideramos importante. No es de extrañar, entonces, que diferentes partidos y actores políticos hagan uso de estas herramientas en espacios democráticos y no democráticos para ganar relevancia y conseguir apoyos aprovechando el ruido y las falsas verdades.
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Sin embargo, el uso de las redes sociales para justificar y movilizar el apoyo enfatiza cómo las redes sociales pueden ser manipuladas para apoyar salidas menos institucionales o democráticas.
En ocasiones un trending topic es elevado a noticia por el interés que despierta en una parte de la población. Un comentario acaba siendo tendencia y, con independencia del contenido, solo el tráfico que genera lo convierte en relevante, en noticiable. El impacto que esa persona hizo con ese comentario era minúsculo, pero el ruido en Internet se convirtió en atronador. Esto provocó varios titulares, lo que acrecentó aún más el ruido. Muchas veces los medios aprovechamos el ruido para ganar algunos clics.
Sin embargo, los medios tenemos que ser más responsables con el ruido, porque muchas veces impide pensar, irrita y desinforma. En momentos como el que vivimos, el ruido puede ser ensordecedor. Insoportable. Y, lo que es peor, el ruido puede provocar reacciones muy graves.
Existen dos perfiles que se manejan bien y se sienten cómodos generando ruido. Por un lado, el oportunista, que busca réditos chapoteando en el fango para crear confusión. Por otro lado, el provocador, que pisa todos los charcos en busca de un minuto de gloria. O un trending topic. Ambos son muy peligrosos, el primero por cínico, el segundo por tonto.
La organización SOS Racismo ha advertido de la existencia de una corriente cada vez más mayoritaria de personas que se sienten impunes ante el envío de mensajes con contenido racista, como los investigados por la fiscal jefe de Las Palmas y que instan a agredir a migrantes.
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El Ministerio público investiga un posible delito de odio por parte de participantes en foros de Internet y grupos de Whatsapp en los que se intentó formar grupos para amedrentar y agredir a migrantes en el sur de Gran Canaria.
Claramente estos tienen el segundo perfil. Sin embargo, otros oportunistas aprovechan el ruido para generar más miedo amparándose en falsedades y un patético patriotismo de banderita y orgullo rancio. Hasta Trump logró ser presidente así.
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