Primera secuencia: una plano detalle muestra un teléfono en la oreja de una mujer con rizos castaños. Sólo se oye lo que contesta: «¿18 millones dices? Olvídate. 12,4 millones es mi límite, ni un euro más. ¿Que lo dice el REF? La verdad no se qué es ese REF del que tanto hablan ni me importa. Es mi última palabra» La cámara cambia lentamente a un cuadro picado para enfocar la mano de la protagonista en la mesa con un lápiz. «No ceder nunca», escribe en un papel que subraya con rabia.
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Segunda secuencia: un primerísimo plano corto enfoca la lágrima que cae desde la pupila del presidente Ángel Víctor Torres. Su tembloroso dedo la recoge, mientras de fondo se oye una puerta y una lejana voz que pregunta: «Presidente, preguntan desde el Senado que si hay solución al error técnico de 2021 o basta con enterrar la enmienda de la oposición alegando que cumplir el REF cuesta 1,8 millones a las arcas estatales?». «Déjame solo un rato más, por favor», contesta ya en un plano medio que deja ver un rayo de luz sobre la bandera canaria en la solapa.
Tercera secuencia: la cámara acompaña desde la espalda a dos hombres la entrada principal del Parlamento regional. El plano secuencia sigue por pasillos y escaleras a los protagonistas mientras mantienen un caluroso diálogo hasta que se paran en seco en un salón casi a oscuras. «Te lo digo en serio, Casimiro, no lo voy a permitir. Antes de que toquen un pelo al REF tumbo el Gobierno de Pedro Sánchez», dice uno de los interlocutores mientras el plano escorzo enfoca al otro con media sonrisa en el rostro. «No te acalores Román que en ésto estamos juntos», asegura mientras el plano perfil gana el cierre al darse un masculino apretón de manos.
Cuarta secuencia: un plano americano enseña a algunos de los componentes de la Mesa colocando las papeletas mientras truena un «rechazado por unanimidad» saliendo de los labios de Gustavo Matos. El enfoque se aleja lentamente hasta quedar en un plano general en el que los 70 diputados aplauden y se abrazan efusivamente al grito de «arriba el REF, abajo Montero». El griterío impide escuchar el móvil de Torres cuya tenue luz, ya con un encuadre contrapicado, resalta las ojeras del presidente del Gobierno.
Última secuencia: el plano dorsal nos lleva a un despacho junto con el protagonista. «Ya ha llegado», dice una voz fuera de Cámara. «Pide otro informe del Parlamento y habla de nuevo con la ministra de Hacienda», susurra Torres mientras un continuará cierra la escena. Fundido en negro.
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