El recorte de las pensiones

Ojalá la Navidad no sirva como camuflaje para desviar la atención del borrador que maneja el Ejecutivo a cuenta del sistema de pensiones. Todo un recorte, el primero del Gobierno, que de consumarse supondría rebajar la cuantía de las pensiones futuras. Se estima una merma de media del 5,45%, lo que supone, a efectos prácticos, una rebaja de más de 55 euros al mes. Redondeando: 660 euros por curso, dejando a un lado las dos prestaciones extraordinarias de verano y diciembre, desconocemos si también se verían afectadas y, por tanto, el daño sería mayor. Todo ello, es el resultado de la pretensión de extender el cómputo para el cálculo de la pensión de 25 a 35 años.

A nadie se le escapa que cuanto más se estira el periodo de tiempo, aumenta considerablemente el riesgo de ser perjudicado. Los primeros contratos en el itinerario laboral son los más precarios y peor retribuidos. Y solo con el transcurso de la adultez, teóricamente, se iba ganando enteros y estabilidad. Eso era antes de que se desmoronase el mercado laboral, tal como estamos asistiendo hoy por hoy. Las clases medias de antaño se diluyen. El ascensor social se ha roto. Pero se entendía que el puesto de trabajo dignificaba, permitía vivir razonablemente bien y construía la identidad personal ante el resto, frente la sociedad.

Tanto en la Gran Recesión de 2008 como en la actual, muchos pensionistas son el refugio de hijos y nietos que han sido abandonados a su suerte y lo están pasando mal. Lo que hay que añadirle la incertidumbre de si volverán o no a reconducirse en el mercado de trabajo, una tarea quijotesca superada la mediana edad, por no decir casi imposible si se aspira a salarios como los recibidos previamente al despido o al ERE. Esos abuelos (las abuelas han sido víctimas del sistema y no perciben lo que debieran al no trabajar en su día o cobrar menos) son el chaleco salvavidas para que estos perjudicados, al menos, puedan comer o pagar la factura de la luz o el agua. Estamos hablando de situaciones de riesgo que lindan con la pobreza.

Si Pedro Sánchez ejecuta esta medida, volveríamos a las andadas de los recortes. Como José Luis Rodríguez Zapatero en mayo de 2010, cuando cavó su tumba política. Podemos y los sindicatos de clase están en contra de esta decisión que masculla La Moncloa. Un Gobierno de coalición de izquierdas no puede atravesar esta senda. Se trata de las pensiones y de nada vale que opere el dichoso recorte aunque sea de cara al futuro. No obstante, puede ocurrir cuando se desata la guerra entre el PSOE y Podemos a son del Salario Mínimo Interprofesional. Otra cuestión básica, como las pensiones, que conforman el colchón social de siempre de los que no tienen de todo. Especialmente, cuando vienen mal dadas. La crisis que nos azota perdurará y será cruenta. Los pensionistas no deben sufragar los costes. Décadas trabajando para que ahora reciban un potencial quebranto rubricado por Sánchez.