Realidades de allá y de aquí

Veamos. Esta semana el Gobierno de España se garantizaba, allá en Madrid, los apoyos suficientes para sacar adelante su proyecto de Presupuestos Generales del Estado y obtenía así un rédito con el que afrontar con ciertas garantías lo que resta de legislatura, que bien que se empeñan todos, incluso los socios gubernamentales, en hacerla convulsa, pese a los tiempos en que andamos.

Conseguía el Ejecutivo estatal la mayoría suficiente gracias al plácet dado por quienes también le avalaron cuando la moción de censura a Rajoy: ERC, PNV y Bildu. Y lo hacía, como no podía ser menos, concesiones mediantes, aunque luego, conocidas, quieran disimularlas.

En todo caso, lo cierto es que allá ERC ha logrado el compromiso de levantar los controles de Hacienda sobre los gastos a la Generalitat impuestos durante el último mandato del PP, lo que al decir del portavoz republicano catalán, Gabriel Rufián, permitirá «recuperar la plena autonomía a la Generalitat para gestionar sus gastos».

El PNV, por su parte, por referir las concesiones más llamativas, ha conseguido también allá, que el Ministerio de Defensa facilite la cesión para usos urbanísticos al Ayuntamiento de San Sebastián de los terrenos que ocupan los cuarteles de Loyola y Bildu logra el compromiso para que se redacte una normativa para prohibir desahucios a determinados colectivos.

Todo eso, a vuela pluma, allá. Aquí tenemos que sentirnos satisfechos con recuperar, porque había desaparecido la asignación prevista, el plan contra la pobreza, mientras seguimos a la espera de que el Gobierno central dé el visto bueno a que la Reserva de Inversiones para Canarias (RIC) que estaba pendiente de materializar en 2020 se pueda invertir el próximo, ante la excepcionalidad de la situación surgida por la covid-19, que lo paró todo; la tasa de desempleo es casi diez puntos más alta que la media nacional, y subiendo, y la caída de nuestro PIB fue de 13 y 11,7 puntos más que la del Estado en el segundo y tercer trimestre.

Además, aunque el Parlamento canario pide, aquí, unánimemente derivaciones de inmigrantes a otras comunidades, la respuesta de allá sigue siendo no o solidaridad «discreta», sin embargo, ¡cosas veredes, amigo Sancho!, el Estado sí le pide a Europa que comparta 'su' carga. Mí no comprender.

Lo dicho, realidades de allá y de aquí. Como esos cuarteles de Loyola que pasan a ser de uso urbano en San Sebastián y aquí de la recuperación de la Base Naval de la capital grancanaria ya ni se habla.