Erre que erre con lo mismo, mientras los tiempos cambian y la juventud busca nuevas emociones. Lo sucedido el pasado domingo en el Camp Nou ... de Barcelona, con 92.000 personas presenciando durante siete horas la final de la Kings League, el fenómeno creado por Piqué e Ibai Llanos que está enganchando a los jóvenes, debe abrir los ojos a más de uno. Mientras acudir a un partido de fútbol se convierte en su mayoría en sinónimo de aburrimiento, la Kings League le ha dado la vuelta al calcetín y se transforma en un espectáculo en el que el partido de fútbol 7 es un añadido. Llegada de los presidentes de los clubes en helicóptero, conciertos de raperos de moda, foto histórica, un show en toda regla para divertir, esa es la premisa.
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2,1 millones de personas siguieron la final four por Twitch, YouTube y TikTok, según la organización. Que un partido de fútbol 7, con unas reglas disparatadas, provoque la venta de más de 90.000 entradas no puede ser nada baladí. Lo digo por experiencia propia, ya que en mi casa uno de mis hijos me tiene loco con la Kings League mientras acude de vez en cuando al Estadio de Gran Canaria a aburrirse y a mantener la esperanza de que la UD Las Palmas gane, da igual cómo. Mientras estos fenómenos avanzan a pasos agigantados, el fútbol sigue inmerso en lo arcaico, en la nebulosa de las decisiones arbitrales y con federativos en entredicho, al igual que muchas disciplinas deportivas.
La juventud está en otra etapa, en otra esfera. Huye de lo estipulado, se rebela ante lo conocido, busca nuevos estímulos y nuevos referentes. Mientras se sigue con lo mismo, la juventud se aleja y busca otras motivaciones. La música es un claro ejemplo a día de hoy, con nuestro Quevedo en la cúspide, pero esta Kings League, una competición con reglas inventadas e ideada desde la nada, puede hacer temblar a más de uno que desde su poltrona sigue adaptado a la ola del sentimiento como señal de éxito.
Los jóvenes quieren nuevos eventos. Las modas cambian y la monotonía aburre. Canarias puede convertirse en alternativa y subirse a la ola de lo que la juventud demanda y no proyectar eventos deportivos que siguen estancados en lo mismo y no aportan nada al futuro.
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Se imaginan que Gran Canaria tuviese un equipo en la Kings League. Ahí lanzo el reto. Todos hablan de futuro, pero quiénes nos gobiernan suelen tener mentalidad del pasado. Es hora de darle un cambio a esto y sumarse a los que los pibes demandan. Llega la hora del cambio.
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