La otra pandemia

Papiroflexia ·

Cáritas denuncia «una crisis social de una magnitud sin precedente en Canarias»

Alberto Artiles Castellano

Las Palmas de Gran Canaria

Sábado, 10 de abril 2021, 13:13

Pobreza, desigualdad o exclusión son palabras molestas, incómodas, desagradables, inoportunas para nuestros gobernantes. Todas ellas las vemos caminar por la calle, ahora también en las zonas turísticas, y cruzamos de acera mirando para otro lado. Incluso los más reputados expertos economistas minimizan la realidad, cómplices muchos de gobernantes acomodados que se desplazan en coches oficiales sin pisar la calle.

Publicidad

Desde hace unos años, asociaciones y ONG libran una batalla sin cuartel por visibilizar la realidad de la pobreza ante la opinión pública, mientras la doctrina económica imperante desmiente sus informes con estadísticas según convengan.

Cáritas ha denunciado en las últimas horas que existe «una crisis social de una magnitud sin precedente en Canarias» en la que numerosas personas se encuentran sin los recursos más elementales. Si antes de la pandemia un 33 por ciento de la población estaba en situación de pobreza, tras el coronavirus «la situación es cada vez más dura», según alerta su director, Gonzalo Marrero.

Son muchos los factores que influyen en la pobreza y las causas hay que buscarlas, ya no solo en la insuficiencia de recursos naturales de un territorio limitado como Canarias, si no también, hay que tener en cuenta los altos niveles de analfabetismo, la falta de preparación técnica de los ciudadanos, la presencia de multinacionales que controlan los mercados, la avaricia, la especulación y la corrupción política y empresarial. Una serie de circunstancias que, unidas todas ellas y con el agravante de una pandemia que amenaza con matar también de hambre, dan lugar a que la brecha o separación entre clases se amplíe a niveles inadmisibles. Intolerables.

La eterna lucha de sillones y carteras, ahora focalizada en la batalla por Madrid, demuestra que a los que los gobiernan les ocupa muy poco el problema de la pobreza, puesto que no se han iniciado o son insuficientes los proyectos de desarrollo que se están llevando a cabo y que sitúan a Canarias con los peores números nacionales. Desafortunadamente la conducta más prevaleciente que exhiben los que mandan para enfrentarse a este desorden o situación de pobreza es la reactiva, o sea, actuar solo cuando la miseria llega a grandes extremos, llevando a cabo una política de subvención precaria que invalida toda creatividad y anula a las personas reduciéndolas a números. Al final, de esta forma, consiguen empobrecer la pobreza en favor de los más ricos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Regístrate de forma gratuita

Publicidad