A la cama no te irás sin saber una cosa

Esta semana se ha cumplido el aniversario de su muerte, unos días después de que se celebrase también el cincuentenario del fallecimiento de Picasso. Y aquí estoy yo, ante dos genios sin saber a quién dedicarle estas líneas. Absoluto y relativo. Picasso y Eisntein. La aportación del pintor malagueño a la historia del arte es una obviedad, pero ¿y la aportación del alemán-suizo-austriaco-estadounidense? Allá vamos.

Con la teoría de la relatividad (1905) Einstein revolucionó el pensamiento, y con ello los conceptos de espacio y tiempo. Todavía recuerdo aquellas tardes resolviendo problemas del tipo: si un niño está en reposo y tira una pelota al cielo, un tren está saliendo de Valladolid a 200 km/hora, el viento sopla de norte con fuerza 4 en Madrid ¿dónde estará el revisor cuando la pelota caiga? El aburrimiento en ese caso no era relativo, como diría el genio, era absoluto.

Existe una infinidad de recursos plásticos capaces de plasmar ese binomio, pero a partir de 1905 se produce una nueva concepción temporal. No es casualidad que la obra 'Las señoritas de Aviñon' de Picasso se pintase en 1907 y fuese la precursora del cubismo: plasmando la realidad desde distintos puntos de vista. Duchamp, Dali…también incorporaron una cuarta dimensión a sus obras, la del tiempo.

Pero no sólo la teoría de la Relatividad de Einstein hizo pensar al hombre de una manera más abstracta, también el psicoanálisis de Freud, o el descubrimiento de los Rayos X. Los nuevos conocimientos pusieron de manifiesto que detrás de la realidad se esconde mucho más de lo que puede percibirse mediante el sentido de la vista. La música de Schoenberg,y las figuras móviles de Calder, por ejemplo, también son reflejo de esa forma de experimentar.

Actualmente estamos también transitando por una época de explosión creativa: los avances tecnológicos permiten a los artistas explorar diferentes formas de expresarse y ofrecer experiencias muy interesantes. La artista rusa Anna Zhilyaeva es un buen ejemplo: crea sus obras con tilt brush, una herramienta desarrollada por Google que permite dibujar en entornos virtuales.

Las experiencias inmersivas, por ejemplo, son una oportunidad para acercar el arte a los más pequeños. Y a los mayores también, doy fe: hace unos días estuvimos disfrutando de Egipto y nos convertimos en Tutankamon por un rato, paseamos por la orilla de la Malvarrosa junto a Sorolla, y casi sentimos la arena bajo los pies. Fue tan divertido que «ando rezándole a Dios pa' repetirlo otra vez».