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Arcadio Suárez

Morales y Gran Canaria

Primera plana ·

El agravante en este trance es que hay quintacolumnistas en el Gobierno de otras siglas que son los que miran de reojo y se ponen de perfil

Lunes, 18 de enero 2021, 07:48

Cuando Antonio Morales genera tantas resistencias y concita ataques, es que va por buen camino. No solo ahora sino desde 2015 cuando accedió a la Presidencia del Cabildo. Lo que supuso políticamente un punto de inflexión determinante: Gran Canaria dejaba de estar domesticada y supeditada a las esencias de ATI reencarnadas en Fernando Clavijo. Mientras Morales vivió como alcalde y gestor público de Agüimes e impulsó, junto a otros, el desarrollismo con vocación social y de evidente canariedad del denominado triángulo de la pobreza, Clavijo fue aupado al Gobierno de Canarias tras una pugna interna en CC en la que ganó por muy poco. De repente, Clavijo se agarra al neoinsularismo y, por supuesto, advierte en Morales un serio obstáculo a laminar al precio que sea. No lo logró. Hasta entonces la premisa era sencilla: CC controlaba Tenerife y en la institucionalización de Gran Canaria el PP o el PSOE aceptaban las reglas del juego para ser a cambio partícipes del Gabinete autonómico.

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Tras el respiro del inicio del presente mandato se vuelve a las andadas y el tridente conformado por el 'clavijismo', un sector del PSOE (que espera en la bajadita a Ángel Víctor Torres) y un PP desarticulado en el archipiélago y al que le revuelve que precisamente Morales desmontara la megabandera y el mástil patriotero de la Fuente Luminosa, se granjean para rebuscar fórmulas de embestida.

Y es aquí donde se activa el manifiesto de la iniciativa ciudadana de apoyo al proyecto de Chira-Soria en aras de su defensa argumental. Qué mejor que enfrentar a los propios, piensan los terceros, como estratagema. Morales ostenta un relato político, que también es el de Nueva Canarias, al que piensan combatir para impedir que sea candidato al Cabildo en 2023 y el nacionalismo de corte progresista sea desbancado para mayor regocijo del 'clavijismo' y sus adláteres. ¿Cómo Morales va a pretender cargarse el barranco de Arguineguín cuando ha sido siempre un defensor del valor paisajístico de Canarias y un valedor infatigable de las energías renovables? Ya no es una mera cuestión partidista sino que Morales debe salvaguardar su credibilidad que tratan de mermar. No se achantará. Por eso es urgente confrontar y solventar el tema de Chira-Soria y aclarar las confusiones surgidas, algunas cándidas y otras tergiversadas.

Nueva Canarias debe debatir su hoja de ruta. Después de que CC optara por Clavijo, que Torres aún siga sin controlar el PSOE en Gran Canaria y los riesgos futuros de ser el socio secundario en el Pacto de las Flores, es una disyuntiva que apela, sin duda, a ser analizada. Porque hoy es Morales, mañana será el partido y, cómo no, al tiempo dinamitar (antes o después) el acuerdo de coalición de izquierdas. El agravante en este trance es que hay quintacolumnistas en el Gobierno de otras siglas que son los que miran de reojo y se ponen de perfil frente a las arremetidas contra el presidente del Cabildo y, en definitiva, Nueva Canarias. Aunque Morales, ya acostumbrado, se crece ante la adversidad y dará batalla.

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