CC y la moción de censura

Cada agosto los diferentes partidos dejaban tradicionalmente preparadas las llamadas serpientes de verano, notas de prensa precocinadas para ir soltándolas a lo largo de las semanas de estío de cara a no perder vigencia y atención informativa. Ayer Juan Manuel García Ramos alentó a CC a presentar una moción de censura contra el Pacto de las Flores, «aunque sea para perderla». Así las cosas, ha acaparado toda la expectación y, sin duda, para lo que resta de mes. Para empezar, ha metido el miedo en el cuerpo y los teléfonos móviles comienzan a sonar. La noticia surge de una nota enviada. Es decir, no se trata de un calentón radiofónico en una entrevista o tertulia del líder del PNC sino de unas líneas pensadas, repensadas y mandadas oportunamente. No hay que ser un lince para concluir que alguien no actúa por su cuenta, de ese modo y ante semejante calado sin sondear (cuando menos) previamente a las filas de CC. Y es que la primera impresión es tomarse su anuncio como el propio de un verso libre dentro del nacionalismo, pero sería un error en cuanto que existe un precedente reciente: la moción de censura en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Entonces, en plena pandemia, García Ramos dijo que la iba a haber, enseguida la cúpula de CC en la isla lo desmintió y, ¡abracadabra!, en cuestión de unas escasas semanas ya estaba registrada la misma y prosperó. Él se adelantó, que es precisamente lo que obligó a CC a reaccionar. Pero dijo, a la postre, lo que finalmente ocurriría. Por eso esta misiva del jefe de filas del PNC es para tomársela en serio. Además, se da las circunstancias de que García Ramos suele recibir críticas del entorno del 'clavijismo', por lo que doble es el motivo para no tener necesidad de meterse en este Vietnam y justo en las vacaciones.

Bien mirado, CC no perderá con la acción. Al contrario, aunque la pierda, gana. Dicho en plata, meterá presión a los socios del Pacto de las Flores que, por ende, queda entre la espada y la pared. Eso sí, Fernando Clavijo no podrá ser la persona propuesta porque no es diputado. Por lo que otro nombre sería realzar políticamente a ese tercero y, por tanto, relega a Clavijo. Fuerte paradoja. ¿Ofrecerán la Presidencia a Casimiro Curbelo?

Ángel Víctor Torres tiene la posibilidad de disolver el Parlamento y convocar elecciones. Pero tiene que ser antes de que la moción de censura se registre en la Cámara. Y, de hacerlo, que no lo hará, lo suyo es que fuese antes de los comicios catalanes. De hecho, su viceconsejero lanzó la idea de la disolución como mecanismo para dirimir posibles disputas entre los miembros de la alianza de gobierno. Una declaración desafortunada que estimula y propicia exactamente tácticas políticas como la que García Ramos proclama como pelotón de avanzadilla. Si CC rechaza la propuesta, no se lo crean. Recuerden lo del consistorio santacrucero: acabó por acontecer aquello que él se precipitó en ventilar. Eso fue, y no otra cosa, lo que le reprocharon sus correligionarios. Pero la pretensión se la compran y la comparten. La fecha del día de autos es otro cantar.