Los 50 millones de euros anunciados por Escrivá para atender a los menores inmigrantes que llegan a Canarias, calman un poco las aguas entre el ... Ejecutivo canario y el central, aunque evidentemente no es la solución al problema, ni mucho menos.
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El ministro volvió a pedir «solidaridad» al resto de comunidades autónomas, como si eso fuera a servir de algo, mientras que prometió agilizar las derivaciones de los inmigrantes para aliviar la presión que sufren islas como El Hierro -donde se celebró el encuentro- o Lanzarote.
Mucho me temo que, como en anteriores visitas, comparecencias, fotos, paseos, promesas y demás teatrillos, este parche sólo sirve para solucionar un problema urgente y vital, sin mayor recorrido y sin una estrategia para acabar con la cuestión de fondo. Tiene razón Clavijo al afirmar que hasta que no exista una política común a nivel europeo con respecto a la inmigración hay poco que hacer, pero sí que hay medidas a nivel nacional que son de imperiosa necesidad y que no se están llevando a cabo, al menos con la determinación que requiere la situación.
Pero, en una cuestión de semejante calado y que afecta al conjunto del Archipiélago, lo más preocupante es que no haya una postura común de todos los partidos en Canarias. Un problema canario debe tener una estrategia canaria, y en un asunto tan serio, que se está cobrando tantas vidas, y que está presionando la capacidad de las islas, además de la precaria situación en la que viven los inmigrantes en Canarias, no pueden lanzarse mensajes cruzados, por mucho que Sánchez sea el temido jefe.
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