Da igual cuando lea este titular. El presidente vitalicio del Cabildo gomero, la llave mejor pulida del pacto, el hombre del carpe diem y «la ... última y nos vamos» ha vuelto a ganar. Es una de las pocas certezas que tenemos del próximo 28M. Da igual si saca más el bloque de izquierdas o el de derechas. Da igual el hipotético empate técnico entre ambos, las promesas, las sonrisas y besos de los candidatos.
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Lo cierto es que el ganador de las elecciones es Casimiro Curbelo, convirtiendo a su isla en la aldea gala a la que todos miran, y a él en Panoramix, el druida que prepara la poción mágica que se transmite solamente de «boca de Casimiro a oído de Casimiro». A esta aldea miran todos, el presidente Torres incluido, aunque estos últimos cuatro años ha probado algo de esa pócima y se ha ganado la confianza de los siempre desconfiados galos.
Quién sabe si Clavijo y Manuel Domínguez van a necesitar esos tres vasos de pócima Curbeliana, que bien valen un gobierno regional. Clavijo siempre fue amigo de la aldea, hasta que llegó la primavera y las flores la llenaron de socialistas, nacionalistas de Gran Canaria y esas cosas que tanto detestan algunos de CC. Pero no pierde la esperanza en que Panoramix Curbelo vuelva a ver la luz a su lado. Aunque quizás esté descuidando su otro lado, el derecho, por donde lo puede adelantar Domínguez con su PP renacido. De Los Realejos al cielo.
Sea una cosa o la otra, lo cierto es que el druida se frota las manos. Y con razón, por supuesto. El sistema lo ha convertido en el más deseado, y eso, a una edad, pues siempre sienta mucho mejor.
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