El mejor juez, el tiempo
Todos los que hemos emprendido este nuevo camino lo hicimos cumpliendo con nuestras bases, con las que nos reunimos a pesar de los intentos en algunos casos por impedirlo y que, asamblea tras asamblea, nos animaban por unanimidad a seguir adelante
El tiempo da y quita razones», decía mi madre, y ahora, como tantas otras enseñanzas que recibimos de nuestros progenitores, esa afirmación cobra más sentido ... que nunca.
Publicidad
La conclusión alcanzada por el secretario general del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, en su extenso informe jurídico sobre la solicitud de NC relativa a la situación política de los concejales de dicho ayuntamiento ―y extrapolable al resto de los veintitrés compañeros y compañeras que valientemente decidieron abandonar la organización a la que habían pertenecido durante veinte años― deja claro la improcedencia de su declaración como 'no adscritos' y, por ende, la no consideración de 'tránsfugas'. Tal decisión no ha modificado la voluntad popular ni ha supuesto un cambio en la mayoría de gobierno, por lo que la medida solicitada sería desproporcionada y lesionaría el derecho fundamental a la participación política de los concejales afectados, viene a decir. Este dictamen supone un varapalo en toda regla para quienes no tardaron ni un minuto en recurrir a descalificaciones, anatemas y señalamientos injustos.
Algunos se lanzaron al escarnio y al linchamiento público, dictaron sentencia y condenaron sin esperar, sin la presunción de inocencia, sin atender a razones ni a fundamentos legales. Se erigieron en juez y parte y sucumbieron al deporte nacional del escarnio del prójimo, trasladado a los medios de comunicación y a la plaza pública de las redes sociales. Sin embargo, el tiempo ha puesto a cada cual en su lugar. Y a pesar de haberse caído con todo el equipo, ahí siguen, sin atisbo de rectificación, seguirán en sus trece, con empeño, pero sin razón jurídica.
El transfuguismo, cuando se da, es éticamente y políticamente execrable. Pero, por mucho que algunos se esfuercen y empeñen, la decisión de estos compañeros y compañeras, las de todos nosotros, nada tiene que ver con ello, tal y como deja claro el informe del secretario general.
Publicidad
Aquí no han habido maniobras políticas para derribar un gobierno ni para obtener beneficios personales; tampoco han habido cambios de ideología ni de compromisos políticos. Lo que sí ha habido es un ejercicio de responsabilidad y de ética política. Porque lo que no sería ético es traicionar la propia conciencia de cada uno, los principios o el compromiso con el electorado, manteniéndose callados o pasivos por una lealtad mal entendida, permitiendo el secuestro de la libertad individual, por parte de las organizaciones políticas imbuidas en derivas autoritarias, a la toma de decisiones y a la conciencia que deben guiar siempre nuestras acciones.
Mantenerse en la zona de confort habría sido lo fácil, tanto para estos compañeros y compañeras como para todos nosotros. Habría significado permitir que todo siguiera igual, ignorando el mensaje de las urnas y el clamor de la calle, que señalaban con claridad que la dirección y los liderazgos no eran los correctos. Eso sí hubiera supuesto un transfuguismo con nuestra propia conciencia y nuestra ética: vivir de espaldas a la gente, ante la sinrazón de quienes, convertidos en oráculos, no admitían la discrepancia honesta, leal y respetuosa.
Publicidad
A pesar de los denodados esfuerzos de algunos por desviar la atención con acusaciones de todo tipo, la verdad y el tiempo terminan imponiéndose. Por un lado, con la celebración -en loor de multitudes- del Congreso Constituyente de Primero Canarias, que ha venido a ratificar lo que siempre hemos sido y seguimos siendo: nacionalistas y progresistas. Y, por otro lado, porque el mejor juez -el tiempo- ha confirmado, con informe jurídico de por medio, que a ninguno de los que abandonaron su anterior organización se les puede reprochar nada, ni ética ni políticamente, pues les asisten las razones y los fundamentos legales.
Todos los que hemos emprendido este nuevo camino lo hicimos cumpliendo con nuestras bases, con las que nos reunimos a pesar de los intentos en algunos casos por impedirlo y que, asamblea tras asamblea, nos animaban por unanimidad a seguir adelante. También lo hemos hecho cumpliendo con nuestros votantes, manteniendo nuestro programa y compromiso electoral y los gobiernos surgidos de los acuerdos políticos alcanzados. Otros no podrán decir lo mismo, convertidos en fuente de desconfianza e inestabilidad. Nosotros, en cambio, seguimos fieles a nuestros principios políticos e ideales.
Publicidad
La política debe anteponer el interés general a los intereses particulares o partidistas, y superar las rencillas y desencuentros eternos. Nuestras decisiones y nuestros pasos, especialmente ahora en un contexto geopolítico nacional e internacional preocupante, polarizado y radicalizado, deben seguir priorizando como siempre los intereses de esta tierra, de Canarias, porque para nosotros lo primero es Canarias.
Regístrate de forma gratuita
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión