Las variables que se le escapan a Sánchez
No sabe cuántas cosas más van a salir. No controla a la UCO y eso es bueno en democracia
Encerrado como está en el mutismo que lo caracteriza, lo poco que sabemos del presidente Pedro Sánchez es que este lunes se sentará con la ... Ejecutiva Federal del Partido Socialista y que el miércoles, ¡oh milagro!, acudirá a la sesión de control del Congreso de los Diputados. En ambos foros se espera que diga algo más que pedir perdón por lo que hizo Santos Cerdán y pretender que con eso se da por zanjada la crisis de credibilidad, esa que le afecta como presidente y secretario general del PSOE, y que se extiende tanto al partido en general como a quienes durante estos meses pusieron las manos en el fuego por Cerdán, como antes lo habían hecho por José Luis Ábalos.
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De entrada, ese silencio tan suyo de Sánchez quizás se deba a que no tiene muy claro qué decir porque tan poco sabe cuántas más cosas más inconfesables van a ir trascendiendo. En esto, el presidente tiene todas las de perder: no solo no controla a la UCO -cosa de agradecer en una democracia, y hay que insistir en ello-, sino que evidentemente Koldo García y Víctor de Aldama están jugando a dejar que la manta quede recogida y salga lo que hay debajo.
A ambos les tocará comerse su parte del marrón pero no quieren ser los únicos invitados a la mesa. En cuanto al exministro Ábalos, hasta la fecha también había dicho que todo eran elucubraciones y que podría demostrar su inocencia. Veremos... ¿Y Santos Cerdán? Esa es otra variable que Sánchez no controla y que puede ser todavía más demoledora para el partido y el Gobierno. Si hoy tampoco cumple lo prometido sobre la entrega del acta de diputado, estaremos ante un político instalado por su cuenta que se sabe poseedor de muchas historias internas compartidas con el líder. Eso tampoco lo salvará de las responsabilidades penales que previsiblemente le caerán, pero las penas compartidas dicen que duelen menos...
Después hay otro factor que también se escapa al control de Sánchez y que pudiera parecer secundario, pero ya no lo es en estos tiempos en que importa tanto tener razones como saben presentarlas. Eso que algunos llaman 'ganar el relato'. Sánchez y su entorno llevaban meses planteando que todo lo que se apuntaba y que ahora hemos visto en negro sobre blanco en el informe de la UCO no eran más que bulos o exageraciones de pseudomedios al servio de una conspiración orquestada por la oposición política y un grupo de empresarios. Además de quedar en evidencia la falsedad del relato, no ha pedido perdón a los afectados, por insufribles que sean -y lo son- algunos.
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