Rubiales y el más difícil todavía. Pues no dimite el presidente de la Real Federación Española de Fútbol. Si sus actos eran condenables, tan ... malo o incluso peor fue su discurso este viernes, con el añadido de una claque que le aplaudía los exabruptos. Pensábamos que el remate había sido el hecho de presionar a la futbolista Jennifer Hermoso para que volviera a posar con él en el vídeo de marras, pero Rubiales ha sido capaz de superarse. Como el trapecista que añade otro salto mortal a su peripecia. En ese sentido, hay un detalle que no es menor: Rubiales lleva años auxiliado por importantes apoyos, que van más allá de las federaciones. Y eso es lo preocupante: acumula un historial de escándalos que justificaban hace tiempo su marcha. El daño que está haciendo es mayúsculo, empezando por ensombrecer el éxito de la victoria en el Mundial de fútbol. Ahora, al atrincherarse, coloca como saco de arena para protegerse un discurso absolutamente machista que ofende solo con escucharlo. Si existiera la Policía del Decoro, habría que pedir que actuase ya.
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El círculo alrededor de Feijóo. Salga derrotado o salga victorioso de la investidura, Alberto Núñez Feijóo debe darle una repensada al círculo que tiene alrededor. En estos días, dirigentes del PP se han enredado a cuenta de si hay que hablar o no con Junts para recabar su apoyo o si se está fomentando el transfuguismo al pedir el voto a socialistas descontentos. Por la mañana unos dicen una cosa, por la tarde otros dicen otra y así van pasando los días. Tras el último congreso de la formación política, Alberto Núñez Feijóo se rodeó de representantes del sector de Juanma Moreno, otros que él trajo directamente de Galicia, algún repescado de la era de Casado y una pequeña cuota afín a Díaz Ayuso. El resultado ha sido un menú variado pero que no ha marinado bien. Y esas costuras no se pueden ver si se gobierna el país, pero tampoco si se lidera la oposición.
Aprender de lo ocurrido. El incendio de Tenerife quedó estabilizado el pasado jueves. Lo siguiente será el anuncio de que está controlado y más adelante que se le da por extinguido. Pero no debe acabar ahí la historia. Hay que sacar lecciones de lo ocurrido. Porque si este ha sido un incendio sin precedentes, nada asegura que no vuelva a repetirse. Escuchar a los expertos, revisar los planes de desarrollo insular y también los protocolos de actuación es la única garantía de que el siguiente se pueda atacar con la lección aprendida.
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