La Junta Electoral ha abierto dos expedientes a la ministra portavoz por entender que aprovecha sus comparecencias tras las reuniones del gabinete para hacer propaganda ... electoral. Cabe preguntarse entonces qué piensan los sesudos juristas de cada mitin del presidente y secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, que tira de talonario en cada intervención con anuncios millonarios. Pero con un matiz: no son regalos que salen de su bolsillo, como tampoco de las cuentas del PSOE, sino del conjunto de los españoles.
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La normativa electoral española, que es tan exigente para unas cosas, es sobradamente laxa con lo que puede hacer el gobernante. Máxime si tenemos en cuenta que se trata de elecciones autonómicas y locales, pero estamos hablando de un presidente del Gobierno de la nación que, además, es líder de su partido, de manera que aprovecha una situación de privilegio para disponer de fondos que no están sujetos a la fiscalización derivada de la cita electoral en cuestión.
El pasado fin de semana, Sánchez se descolgó con el anuncio de que los mayores podrán ir al cine a dos euros los martes. No los miércoles, ni los lunes, ni los jueves, ni los viernes, ni los sábados, ni los domingos... solo los martes por designio presidencial. Y de nuevo estamos ante una medida generalista, de manera que se puede beneficiar igualmente Amancio Ortega que el abuelo de un empleado mileurista de Zara. ¿Eso es justicia social?
Si se hace como medida de apoyo complementario al cine, cabe preguntarse si el presidente ha tenido en cuenta que en media España ya no quedan salas de cine a las que puedan ir las personas mayores. Ya puestos, podía prometerles una rebaja en el abono a Netflix, Amazon, Disney, Movistar o cualquier otra plataforma... ¿Y por qué no el teatro? Porque también es cultura y seguro que los profesionales de las artes escénicas lo habrían agradedico. ¿O los conciertos de música a dos euros? Porque digo yo que también eso es cultura e igualmente violinistas y percusionistas aplaudirían el detalle con su profesión.
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Pero vuelvo al principio: jugar con los Presupuestos del Estado en favor de un partido político en campaña supone una ventaja para el gobernante y una desventaja para el resto. Y se supone que en elecciones todos parten de la misma línea salida y sin ventaja alguno respecto a sus contrincantes.
Más allá de quien gane las elecciones de mayo, está claro que tendremos un país bastante más endeudado. Y el buen gobernante no es el que piensa solo en su partido y en el hoy, sino en el país y en el mañana.
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