El Tribunal Constitucional ha empezado a analizar la controvertida ley de amnistía y se da por hecho que este mes se someterá a deliberación y ... voto en el pleno la propuesta de dictamen. Por lo adelantado hasta la fecha, se estima solo muy parcialmente el recurso del Partido Popular, de manera que la ley tendría, en términos generales, el plácet del Constitucional. Otra cosa es la letra menor que finalmente salga, pues no parece que el TC vaya a aceptar incluir la malversación entre los delitos 'liberados', lo que supondría una derrota igualmente parcial de Carles Puigdemont en su guerra por regresar de inmediato a España.
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A todo esto hay que unir que estamos también a la espera de que la Justicia europea se pronuncie al respecto, sobre lo que no hay un calendario previsto. Así las cosas, lo que tenemos ahora es un avance de lo que pudiera ser finalmente el veredicto del Constitucional. Digo esto porque sobre la marcha se están adelantando juicios y opiniones sumarísimas, como si hay hubiera fallo firmado y publicado.
Respecto a esas y otras opiniones, todas caben en democracia. Los veredictos judiciales son opinables, aplaudibles y criticables. ¡Faltaría más! Otra cosa es el respeto institucional y otra cosa es la obligación de cumplir con el fallo, máxime cuando se trata de resolución firme. Y así como unos critican el procesamiento de la pareja de Isabel Díaz Ayuso y parece que están en su derecho, otro tanto cabe decir de los que cuestionan que también esté a un paso del banquillo el hermano de Pedro Sánchez. En esto no vale eso de ver la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio, o al revés, pues tanto monta y monta tanto la libertad de expresión hacia una dirección o hacia la contraria.
Tampoco se entiende muy bien que haya críticas políticas a la conformación del plenario del Constitucional. Sobre todo no es de recibo que salgan de los partidos que contribuyen a esa configuración con sus votos y, sobre todo, no cambiando la ley que regula la designación de los jueces que lo integran. El Constitucional es uno, de manera que si dimos por bueno en su día que tumbase el Estatuto de Autonomía de Cataluña, también habrá que aceptar que ahora concluya que el grueso de la ley de amnistía se ajusta al texto constitucional. Y en ambos casos también cabe la crítica al fallo.
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Llegados a este punto y, después de ver y leer algunas opiniones sobre el borrador de dictamen, me pregunto si el Consejo General del Poder Judicial ya tiene preparada la nota pidiendo respeto hacia el TC. Le vale con copiar la que suele sacar para otras instancias judiciales.
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