El mercado es esto

Telefónica es una empresa privada, sujeta a las reglas del mercado

Una empresa tecnológica de Arabia Saudí, controlada a su vez por el fondo público, o sea, parte de esa dictadura teocrática que es el citado ... país, se ha hecho con el 9,9% de Telefónica, la multinacional con sede en España. Y es el 9,9% porque si fuera el 10% precisaría del plácet del Gobierno de España, al entender que el grupo tecnológico español tiene tintes estratégicos y, por tanto, el Ejecutivo tiene algo que decir sobre quiénes controlan su accionariado.

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La noticia, conocida esta semana, ha hecho que algunos se rasguen las vestiduras. No deja de ser curioso: si Telefónica hubiese comprado acciones o incluso una compañía entera en un país extranjero, estaríamos sacando pecho orgullosos, diciendo que somos un país de primera porque ya tenemos compañías que son referencias en su sector, con capacidad para plantar picas en Flandes. Pero esa pica la plantan en Madrid, entonces sentimos herido el orgullo patrio y saltan las alarmas.

Pongamos las cosas en su sitio para no hacernos trampas al solitario: Telefónica es una empresa privada, sujeta a las reglas del mercado, que cotiza en los mercados internacionales y que, por tanto, no es de España ni de Arabia Saudí: es de sus accionistas. Y el canje de acciones se guía por las reglas de esos mercados, salvo en los casos, como ahora ocurre, que hay limitaciones porque así lo fija la normativa legal del país donde está la sede de la compañía. Y lo que pasa con Telefónica ha sucedido, sucede y sucederá con otras tantas que en su día tuvieron la vitola de públicas o casi públicas, y que hace tiempo están participadas por este, aquel y el de más allá. ¿O es que se nos olvidan los antecedentes y el devenir de Cepsa, Iberia o Endesa, por citar solo algunas que desarrollan actividades que también son estratégicas? Si lo que se quiere es dar pasos atrás en el tiempo, pues lo decimos. ¿Volvemos a nacionalizar las compañías que prestan servicios esenciales? Miren por dónde es lo que planteó Podemos; lo digo porque parece que ahora hasta los que están en las antípodas de esas posiciones ideológicas quieren comprar el argumentario.

Y luego está el asunto de quién compra las acciones. A mí no me gusta que sea Arabia Saudí, en cuyo vocabulario político no existe la democracia tal cual la entendemos en Europa. Pero lo mismo pasa con China, o sucedía con Rusia antes de la invasión de Ucrania, o con Marruecos, por ir a un ejemplo más cercano...

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¿Vetaremos entonces los patrocinios de los países de los petrodólares en el fútbol español? Hipocresías, las justas...

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