Un Goya innecesario... y merecido

Imagino que cada año se presentan varios nombres y finalmente le dan el Goya a quien asegura que vendrá a recogerlo. Dando igual si la persona en cuestión lleva tiempo apartada de la pantalla o no, si alguna vez ha pisado suelo español o no, si ha participado en alguna producción con sello de nuestro país o no... lo que se busca es que la entrega de los premios acabe saliendo en las publicaciones del sector en Estados Unidos y en diversos países de Europa. De eso va, a fin de cuentas, el premio. ¿Es, por tanto, prescindible ese Goya? En términos de sentido común, pues sí. ¿Contribuye a potenciar la industria del cine en España? Como espectador, no veo cómo sostener una respuesta afirmativa. Ahora bien, ¿se merece Sigourney Weaver el galardón? Como devoto del cine, pues sí. Pero un sí rotundo.

No son muchas las actrices de los últimos cincuenta años que pueden presumir de que su nombre queda unido a un personaje, dos o tres, y serán recordadas por esos papeles de generación en generación. Ella sí. Weaver será para siempre Ripley, la teniente de la nave 'Nostromo' en la que se cuela el 'Alien' que da título a la película dirigida por Ridley Scott y a la saga posterior. Y menciono la franquicia a sabiendas de que quizás lo peor que le pasó a su personaje fue esa acumulación de secuelas absolutamente innecesarias. Ripley debió ser flor de una película y quedar para siempre en el archivo de la memoria del espectador. Justo cuando, al acabar la primera entrega, acaricia al gato y decide descansar.

Pero ya puestos a no quedarnos con solo un título, Sigourney Weaver es también la actriz de la muy recomendable, a pesar del paso del tiempo, 'El año que vivimos peligrosamente', y Weaver fue el divertido contrapunto de 'Los cazafantasmas' (otro ejemplo de saga innecesaria. Por cierto, ella, impagable, en el alféizar del ático de lujo ante un Rick Moranis estupefacto).

Solo con ese premio, la gala de los Goya de este año ha ganado un espectador más. Haré el sacrificio de ver el 'espectáculo' a ver qué dice, incluso a sabiendas de que el premio es innecesario por sí mismo. Pero Ripley es mucha Ripley...