Del director

«De golpe»

En Madrid algunos llevan los últimos días soliviantados

Francisco Suárez Álamo

Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 3 de julio 2025, 23:51

Ante la evidencia de que el Gobierno de Pedro Sánchez está paralizado por el impacto del caso de Santos Cerdán y las fundadas sospechas que ... estamos solo ante la punta del iceberg de una trama de corrupción sistémica que afecta a varios ministerios y posiblemente al propio Partido Socialista, quienes desean que Pedro Sánchez salga lo antes posible de La Moncloa aprovechan el momento de extrema debilidad del dirigente socialista para sacar tajada en cuanto a sus particulares intereses. Es evidente que en eso están, entre otros, Junts y el Partido Nacionalista Vasco, pero no son los únicos: no hay más que ver algunos discursos de los últimos días en relación con la derivación de inmigrantes que llegaron a Canarias en los últimos años pensando que lo hacían a España y a la Unión Europea, pero alguien se ha empeñado en que somos una especie de país tercero condenado a ser en la práctica un penal para irregulares.

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En Madrid algunos llevan los últimos días soliviantados porque, según dicen, el Estado les va a endosar «de golpe» 400 menores migrantes no acompañados procedentes de Canarias. Ese «de golpe» es un insulto a la inteligencia y, sobre todo, a la verdad. Porque aquí sí llegaron «de golpe»: un día en un cayuco, otro en una patera, pasado en otro cayuco... y así hasta llegar a ser casi 6.000. Nadie entonces llamó de las comunidades que ahora hacen aspavientos a ofrecer una mano solidaria. En realidad sí hubo algunos, pero contados con una mano. Curiosamente, las comunidades que tienen partidos que menos sentido de Estado y que más cuestionan la españolidad son las que hicieron hueco en sus recintos para compartir la acogida... así se escribe la historia.

Madrid, por ejemplo, tiene recursos de sobra para atender a 400, incluso si llegasen «de golpe». Es más, lo hace con migrantes que llegan de otros lugares, pero se ve que les importa más el color que otras consideraciones. Porque así se está escribiendo esta historia.

Canarias tiene sobrados motivos para quejarse de la incomprensión de los gobiernos centrales de la democracia por su incapacidad para entender la realidad derivada de la lejanía y la fragmentación territorial. Lo que no se nos pasaba por la cabeza es que esa ignorancia fuese compartida por los gobiernos regionales y por partidos que dicen ser «de Estado». Pero es así. No solo rechazan al que viene de fuera y no solo criminalizan a los menores, sino que se está generalizando un desprecio a Canarias, como si fuésemos el patio de atrás de la España peninsular...

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