El Cabildo de Gran Canaria, a través del Instituto Insular de Deportes, organizó, ideó, manejó, coordinó y despilfarró dinero público durante diez años con la celebración del Gran Canaria Maratón en Las Palmas de Gran Canaria. Solo en una ocasión se pasó de los 1.000 finisher, celebraron una gala en la que a bombo y platillo se premiaron ellos mismos con la famosa táctica del 'Yo me lo guiso y yo me lo como', y siempre enarbolaban la bandera del éxito inventándose pruebas -caminatas solidarias, infantiles, la del desayuno, la de institutos, etc- con el fin de regar entre los medios que miles y miles de participantes respaldaban un evento que era un fracaso absoluto.
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La cultura del maratón y todo lo que ello supone no llegó a Gran Canaria. Durante diez años, los ciudadanos de la capital grancanaria fueron testigos de una carrera de 42 kilómetros, que cerraba completamente la ciudad, en la que solo corrían unas 600 personas de media y que se vendía como la joya de la corona. Ahora y de un plumazo, en silencio y sin hacer ruido, se han cargado el 'exitoso' Gran Canaria Maratón de la capital, «el de los récords», y han creado el Gran Canaria Maspalomas Marathon. Con buenas palabras e intenciones se dijo que no tenía nada que ver una cosa con la otra, pero la realidad es bien distinta. La estrategia política y una táctica de asignación de organización a una empresa privada realmente maestra están detrás de este cambio de fichas.
Ayer Francisco Castellano, consejero de Deportes, anunció que en el cambio de la capital al sur «ganamos todos» y desveló un dato que deja bien a las claras que el IID llevará su fórmula de fracaso y despilfarro a Maspalomas. El IID subvencionará la carrera con 150.000 euros -hay que añadir los miles de euros del Patronato de Turismo y los que aporte el Gobierno de Canarias-, y el consejero añadió que el IID «aportará logística, estará presente en las reuniones técnicas y de coordinación y llevará la transición» de la capital a Maspalomas. Es decir, detrás estará el de siempre y los de siempre.
El maratón de Gran Canaria ha sido un juguete político del IID, en Las Palmas de Gran Canaria, en Maspalomas o en Artenara. Las Canteras iba a ser la imagen que traería a la isla a miles de maratonianos y ahora llega la playa de Maspalomas como ejemplo. La pócima mágica será la de siempre, un evento de miles y miles de euros de dinero público sin rédito para el atletismo de la isla, un campeonato nacional que no sirve para nada y vender mucho humo. Ah, y las fotitos del político claro.
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