Corrupción en Mogán

Primera plana ·

Armar jurídicamente el potencial reproche penal en torno a la corrupción electoral no presenta especial inconveniente para el juzgado de Tirajana

Sábado, 19 de septiembre 2020, 08:09

Desde que dejas a un lado la playa de Mogán y te encaminas rumbo al casco con el coche por la GC-200, te percatas de una carretera franca pero algo sinuosa desde la que se divisa casas asiladas. Un entorno de viviendas diseminadas que no vaticinan un centro municipal en el sentido estricto. Es el escenario propicio para que impere el silencio entre los vecinos, la socarronería, las reuniones cautas para las tramas suculentas de conspiración tan propias del poder local y, ya puestos, para grabar una serie de televisión similar a la de 'Hierro' (2019) cuya segunda temporada arranca en breve. Eso sí, el paisaje no tiene la culpa sino la configuración y estructura social que se ha ido implementando con el tiempo. Una cosa es Puerto Rico, el muelle de Arguineguín o la playa de Amadores, el litoral turístico del júbilo y los brindis de los chonis con un daiquiri o un sol y sombra, y otra bien diferente adentrarte en el término municipal y recorrerlo camino de La Aldea de San Nicolás. Son dos mundos distintos.

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La Guardia Civil activó un dispositivo inesperado en el consistorio que salpica a la alcaldesa Onalia Bueno y a dos ediles que dejó este jueves perpleja e inquieta a la ciudadanía y nos retrotrae a la Canarias de los titulares que anunciaban la corrupción y las más variadas corruptelas, muchas vinculadas al universo de gestión del PP. Es en época de bonanza económica cuando se expanden los desmanes incitados por la tentación y en periodos de sequía cuando la condición humana se contrae porque no le queda otra y no porque aflore la virtud. Enseguida en Mogán retornó la sombra del caso Góndola. Y ahora se investiga si hubo compra de votos en las elecciones locales de 2015 y 2019.

Bueno está encuadrada en Ciuca, después de su paso por el PP de antaño sometido a José Manuel Soria, que es la misma formación que en Telde estuvo implicada en el caso Faycán y, no siendo menos, el mismo partido por el que el PSOE justo hace un año se desvivió por pactar como fuese en aras de conseguir una alcaldía más que forzada. Si finalmente Bueno es condenada, impera la presunción de inocencia, será un torpedo en la línea de flotación de Ciuca que ha basculado entre Telde y Mogán o, lo que es lo mismo, entre posiciones ideológicas de derechas localistas que incluso rebasan al PP y el sempiterno runrún judicial con independencia del desenlace. En 2019 estableció una alianza electoral con Fernando Clavijo pues este no disponía de apoyos con los que afrontar la campaña en Gran Canaria donde precisamente la debilidad de CC es extrema.

En realidad, la presunta manipulación de voto no tiene mayor complejidad. Bueno y los dos concejales tendrían que conocer relativamente pronto cómo acaba esto. Armar jurídicamente el potencial reproche penal en torno a la corrupción electoral no presenta especial inconveniente para el Juzgado de Instrucción nº 3 de San Bartolomé de Tirajana. A poco que reúnas pruebas durante la investigación se detecta si se materializó el pucherazo. Mientras tanto, Mogán asiste atónita al regreso presunto de la corrupción en un enclave turístico que, de por sí, afronta en primera línea la crisis que asola a Canarias.

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