Continente en miniatura, ¿contenido de altura?

Duele. Pero no sólo es conveniente, sino necesario. Reconocer los fallos, errores o debilidades propias nunca es fácil por aquello de la condición humana tendente a ver 'la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio'. Ejercicio de autoexploración fundamental para, detectadas las debilidades, rehacer el posible (mal) camino andado y dirigirnos, con optimismo, a la senda de los grandes logros.

Vendría a ser lo que en técnicas de mercadotecnia se conoce como Análisis D.A.F.O. (análisis de las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades que rodean y caracterizan a un producto o proyecto). Para, a partir de dicho análisis, determinar objetivos, correcciones, procesos, acciones, etc., que conduzcan al éxito de dicho producto o proyecto.

Una isla como Gran Canaria, unas islas como nuestras Canarias, es y son, en clave turística, un producto. Un producto de habitual éxito que exponemos en las estanterías de los principales mercados turísticos, nacional e internacional, con el claro objetivo de que los demandantes de viajes nos elijan cada año como su destino preferido. Ya sea por motivo puramente vacacional, o también congresual, cultural, natural, deportivo, gastronómico, etc.

Acabado 2022, y en puertas de que una nueva edición de Fitur, la feria internacional turística de Madrid, concentre en la capital de nuestro país a todos los actores del maravilloso universo llamado turismo, aquí, en el archipiélago, hacemos balance de las cifras de actividad turística y económica que nos reportó el año recién finiquitado.

Y sin duda que 2022, aún a pesar del mal arranque del pasado año dada la propagación de la variante Ómicron, unida a la injustificada invasión de Ucrania por parte de Rusia, puede habernos permitido alcanzar, nuevamente, cifras turísticas pre-pandémicas relativas, entre otras, a haber recibido a casi 15 millones de turistas. Y con una estimación de facturación de casi, ahí es nada, 19.000 millones de euros. Como si el 0 turístico de hace dos años hubiera sido una simple pesadilla.

Con datos de Aena, Canarias, en su conjunto, recibió a 12,6 millones de pasajeros o viajeros extranjeros. Que, en la práctica, son turistas todos ellos. Y que unido a los casi 4,7 millones de pasajeros peninsulares (de los cuales, estimemos, a la baja, que el 50% lo hicieron en calidad de turistas), obtendremos esa primera estimación de haber recibido, en 2022, los mencionados casi 15 millones de turistas. Por suerte y alegría para la inmensa mayoría de la sociedad canaria, dada la positiva repercusión, en economía y en empleo, que nos aporta el turismo. Para descontento y decepción de los, las, les pocos turismofobos que rondan por nuestro terruño.

En la comparativa entre 2019 y 2022, obviando los años pandémicos, se observa cómo a Canarias sólo le faltaron 623.000 pasajeros internacionales para igualar la cifra de 2019. Y es, en este punto, dónde el informe de Aena permite ahondar en el análisis particular de la evolución, el pasado año, del tráfico y llegada de pasajeros en cada una de nuestras islas que cuentan con conexiones aéreas directas nacionales e internacionales (en todas, con excepción de La Gomera y El Hierro).

Dicho informe es contundente en lo que a Gran Canaria y los pasajeros internacionales se refiere: el 55% del faltante de ese total de 623.000 viajeros extranjeros recibidos de menos en el archipiélago, no llegaron…a Gran Canaria. Es decir, a la isla redonda dejaron de venir, en 2022, 343.500 turistas internacionales menos (-9,5%) que en 2019. Frente a sólo 5.000 menos en Fuerteventura (-0,3%); 84.000 menos en Tenerife (-1,7%); y 88.000 menos (-3,5%) en Lanzarote. Mientras que la situación de La Palma, con 102.000 turistas extranjeros menos, no es comparable habida cuenta de que su principal núcleo turístico, Puerto Naos, un año después del fin de la erupción, aún sigue manteniendo cerradas sus casi 4.000 camas alojativas por la todavía peligrosa presencia de los gases tóxicos del volcán de Cumbre Vieja.

Partiendo de la base de que todas nuestras islas ofrecen, como atractivo denominador común, buen tiempo, bonitos paisajes y playas –de arena dorada o negra-, diversidad de alojamientos turísticos, servicios sanitarios y entorno europeo seguro de primer nivel, y una sociedad acogedora y abierta, en el caso de la referida pérdida o mayor lentitud, para Gran Canaria, respecto a recuperar el volumen de turismo internacional anterior a la Covid, por supuesto, de una parte, está el hecho de su mayor dependencia de los mercados alemán y nórdico, los cuales, por afecciones sociales y económicas de sus propios países derivados del actual contexto global, parece afrontan mayores dificultades que también impactan negativamente en dichos mercados emisores.

Así, en el caso de Alemania, todas nuestras islas, excepto Fuerteventura, sufren de una auténtica sangría, casi hemorragia, en pérdida de turistas germanos. Con casi 370.000 viajeros menos, en el conjunto del archipiélago, de este tradicional mercado emisor (133.000 en el caso grancanario). Lo mismo que en lo referido al turismo nórdico, con unos 462.000 visitantes de menos en el archipiélago (un 54% de ellos, 250.000, correspondiente a la parte no recibida o no recuperada en Gran Canaria).

Pero, cantidades de menos o de más de turistas, en cada una de nuestras islas, en cuanto a según qué mercado emisor estemos nos refiramos, es una evidencia empírica la de que, en el proceso decisorio de compra por parte del turista a la hora de elegir a qué isla viajar y disfrutar de sus vacaciones, influyen sobremanera, no sólo las posibilidades y facilidades –logísticas y económicas- de conexión aérea. Sino, muy especialmente, los atributos diferenciadores que, dentro de un mismo archipiélago, hacen más atractiva una isla respecto a sus competidoras hermanas.

Y en el análisis de dichos atributos por parte de los '«electores', claro está destacan las cuestiones relativas a las infraestructuras y servicios públicos y privados que ofrece el destino; la variedad y capacidad de su planta alojativa; la continua renovación de los núcleos turísticos o, por el contrario, su obsolescencia, más que programada, eternizada –como lamentablemente nos pasa en Gran Canaria-; la burocratización hasta el hastío y maraña administrativa que frenan e impiden nuevos proyectos de inversión de iniciativa privada; el abandono paisajístico; los espacios públicos no adaptados a personas de movilidad reducida; la pérdida de nivel cualitativo en los servicios profesionales que recibe –y percibe- el turista; etc.

Porque en la estantería del mercado turístico hace tiempo que perdió todo su valor de atracción el simple nombre del destino. Sí. Ahora el viajero, antes de comprar sus vacaciones, quiere saber con exactitud qué ofrece en su interior la caja/continente de cada destino turístico, qué abanico de experiencias y oportunidades le ofrece cada isla destino, en el caso de Canarias. Y lo que, por desgracia parece refrendan las cifras, es que, para muchos potenciales visitantes, a día de hoy, la caja de nombre Gran Canaria viene medio vacía. Y aunque duela reconocerlo, insisto, es el mejor proceso para relanzarla.

Aunque cueste creerlo, parte del turismo que va a Tenerife no sólo viaja a la isla picuda por su simple nombre. Si no porque, además de más capacidad alojativa hotelera y de nuevos, buenos y grandes hoteles, la isla ofrece al visitante, entre otros, el Parque Nacional más visitado de España, El Teide; dos de los parques temáticos de ocio más importantes y conocidos del mundo, Loro Parque y Siam Park; e, incluso, cómodas excursiones, a salto de mata desde Los Cristianos, a esa otra maravilla de la naturaleza canaria que es el Parque Nacional de Garajonay, en La Gomera. Argumentos contundentes, sin duda, que acaban desequilibrando la balanza en favor de una isla, y en detrimento de otra. Yendo por delante que esto en absoluto va de pleito insular. Tenerife, continente y (más) contenido. Gran Canaria, continente en miniatura, pero, ¿con contenido (complementario) de altura?

Hablando de turismo de altura, gracias al empeño y empuje de Manuel Domínguez, presidente del Partido Popular en Canarias, y el de todo su equipo, recientemente hemos celebrado en Fuerteventura la Convención Nacional de Turismo de nuestra organización, con gran asistencia y participación de los principales representantes empresariales y sectoriales turísticos, tanto canarios como peninsulares. Como previa a Fitur, con el lema de 'Turismo, a la altura de un gran país'. Y con un aquí muy resumido y contundente objetivo general: la defensa acérrima y continuadas propuestas de mejora para la principal locomotora económica de Canarias y de España.

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