Carreteras más seguras, sostenibles y humanas
En un Estado de Derecho, ninguna política pública puede sostenerse sobre la arbitrariedad ni sobre la negación de la pluralidad territorial
Hoy se celebra una efeméride que muchas veces pasa desapercibida: el Día Mundial de la Carretera. El 11 de octubre de 1908 se celebró en ... París el Primer Congreso Mundial de la Carretera. En esa reunión, por primera vez, técnicos, profesionales y usuarios de distintas nacionalidades lograron centrar la atención en una infraestructura que, además de funcionar como punto de conexión entre localidades, se establece como un servicio fundamental para la sociedad. Es decir, hace más de un siglo ya se vislumbraba la trascendencia social, económica y hasta cultural, que encierran unas vías que usamos decenas de veces al día sin apenas reparar en ellas.
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Las carreteras son mucho más que simples infraestructuras. Hoy en día, somos plenamente conscientes de que representan un papel fundamental para el desarrollo, la inclusión y la seguridad. Cuanto más desarrollado es un país, mejores infraestructuras viarias presenta. Esta afirmación la corrobora un informe de la OCDE (2020) en el que se analizó cómo la inversión en infraestructura de transporte ayuda a reducir las disparidades económicas y sociales, concluyendo que una infraestructura vial bien desarrollada promueve el crecimiento económico y la cohesión social, al proporcionar acceso a mercados y a empleos.
En síntesis, las carreteras mejoran el acceso a los mercados, servicios de salud, educación y empleo. Reduce desigualdades sociales y promueve un crecimiento económico más equilibrado. Con ese objetivo se diseñan las grandes redes de carreteras en los distintos territorios y se invierten ingentes recursos económicos en construirlas y conservarlas.
Los grandes retos que las instituciones que gestionamos las redes de carreteras tenemos por delante para los próximos años, incluso décadas, están en conseguir que nuestras carreteras, además de más seguras, cumplan con los criterios de sostenibilidad y resulten más inteligentes. Unas carreteras mal gestionadas y conservadas ponen en riesgo nuestros valores medioambientales, contribuyendo al aumento de los niveles de contaminación. Por otro lado, el desarrollo de la tecnología nos permite avanzar para que cada vez nuestras carreteras asuman las bondades de la modernización tecnológica, como sensores para el monitoreo del estado vial, una iluminación más eficiente y señalización inteligente.
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Como responsable, desde el Cabildo, del mantenimiento de la red viaria insular, en nuestra isla de Gran Canaria ya estamos dando pasos firmes en este sentido: la instalación de sensores inteligentes en las principales vías del norte de la isla, ya en proyecto, y la instalación de semáforos inteligentes, a modo de experiencia piloto, en el nudo de Torre Las Palmas, en la capital grancanaria. En este último caso, esta experiencia ha servido para demostrar cómo estos avances contribuyen a mejorar la calidad de vida ciudadana, al aliviar los tiempos de espera en lugares especialmente conflictivos por la densidad de usuarios. Por otro lado, un alumbrado eficiente, además de la lógica reducción del consumo energético y de emisiones, puede optimizar la movilidad y minimizar el impacto medioambiental.
Continuando con el necesario cuidado al medio ambiente, hemos de ser sensibles con nuestros ecosistemas, protegiendo nuestra biodiversidad. En este sentido, en pocos días reduciremos de nuevo la potencia lumínica en las principales vías del norte de la isla para proteger el primer vuelo de las pardelas que, como cada año durante el otoño, abandonan los nidales que acoge el paisaje rocoso de esa zona de Gran Canaria. Al mismo tiempo, desde el Cabildo respetamos y ponemos en valor nuestra flora autóctona, replantando con esas especies vegetales rotondas y zonas aledañas a nuestras carreteras.
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No podemos tampoco olvidar la seguridad como una prioridad a la hora de gestionar las infraestructuras viarias. Ello debe ser un referente fundamental. Por ello, en la actualidad en Gran Canaria se está llevando a cabo la mayor labor de modernización de los sistemas de seguridad de la red viaria emprendida en este sentido durante décadas. Con una inversión de 32,2 millones de euros, estamos procediendo a la sustitución de los antiguos malecones y pretiles de las carreteras de la isla, poco eficientes y engañosos en cuanto a la sensación de seguridad que producían en los conductores, por modernas barreras de seguridad homologadas y recalces de piedra, que permitirán aumentar el ancho de las calzadas y ofrecer mayor protección a los vehículos. Supone una inversión sin precedentes para mejorar la seguridad de usuarios residentes y visitantes.
Por último, este 11 de octubre, es una fecha también para rendir homenaje a todos los profesionales que desarrollan estas infraestructuras y los que se ocupan de su mantenimiento y conservación: ingenieros, técnicos, constructores, operarios… todos y todas ellos desempeñan un trabajo esencial, en ocasiones muy duro, para que toda la ciudadanía podamos disfrutar de unas carreteras cada vez más cómodas, modernas, sostenibles y, sobre todo, seguras. A todas y todos, Feliz Día Mundial de la Carretera.
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