España produce dieciocho millones de toneladas de cereales al año, pero consumimos treinta y seis y ese déficit lo cubrimos importando cereal de Ucrania y Rusia. Con el comercio paralizado agricultores y ganaderos temen el aumento de precios, que ya se está produciendo. Desde que empezó la guerra la tonelada de maíz ha subido cien euros. Costes a los que hay que sumar el encarecimiento de la energía y que, ya nos avisan, acabará encareciendo los productos que compramos.
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