Kiev se rearma para resistir la ofensiva del Donbás
El Ejército recibe artillería moderna, helicópteros, misiles y hasta es posible que aviones para luchar en un campo más abierto que el de las ciudades
diana martínez
Miércoles, 20 de abril 2022, 20:30
La batalla se recrudece en Ucrania, donde este jueves se cumplen 57 días desde que comenzó la invasión, el pasado 24 de febrero. El Ejército de Kiev se ha enfrentado con todo lo que tenía -y con la ayuda recibida de Occidente, ya que se veía superado en armas y personal por Rusia- durante casi dos meses a las tropas del Kremlin, pero la duración de la guerra hace mella y los suministros comienzan a escasear. Por si fuera poco, la última estrategia de Moscú es acometer una gran ofensiva en el Donbás -donde parte del territorio es prorruso-, para lo que las fuerzas de Volodímir Zelenski necesitará nuevo equipamiento bélico adecuado a los enfrentamientos en campo abierto. Por ello, Estados Unidos y países de la Unión Europea están proveyendo de armamento pesado a la resistencia.
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¿A qué se debe este cambio de arsenal? A que el escenario bélico ha cambiado drásticamente. Mientras que durante las últimas semanas en la periferia de Kiev o en Mariúpol y otras zonas del este ambos bandos han luchado en localidades residenciales e industriales, lo que supone más posibilidades de resistir o esconderse, y con edificios de por medio donde predominan la eficacia de los francotiradores o las emboscadas con drones, a partir de ahora una parte importante de los combates se prevén en áreas despejadas en las que aumenta la efectividad de la aviación y los tanquees.
«No es ninguna broma», advierte el teniente general Ben Hodges, excomandante del Ejército de EE UU en Europa. «De lo que estamos hablando es de una cruenta guerra convencional de maniobras militares, donde las fuerzas rusas podrán torpedear las posiciones fijas de los ucranianos en un terreno mucho más abierto», afirma el experto en su análisis de la nueva ofensiva.
Alemania promete apoyo militar «a largo plazo» para los próximos tres meses e incluso para los tres años siguientes
Washington aprobó la semana pasada un paquete de 800 millones de dólares (736 millones de euros) en material ofensivo que comprende obuses de 155 milímetros, una importante mejora en la artillería de largo alcance para igualar los sistemas rusos, 40.000 proyectiles y once helicópteros Mi-17 de diseño soviético. Encajan con el arsenal ucraniano, por lo que no necesitarán formación específica para su uso. A la pregunta de si se han enviado aviones de combate, la Casa Blanca evita responder, pero sí opina que la flota de la fuerza aérea ucraniana ha aumentado.
La UE también ha aprobado otros 500 millones de euros para rearmar al Ejército de Zelenski. Además de equipos de protección personal, botiquines de primeros auxilios y combustible, estos fondos subvencionarán el envío de armamento por parte de los Estados miembro, que ahora mismo discuten cómo hacer llegar a Kiev arsenal militar pesado.
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El Gobierno de Eslovaquia ha enviado el sistema de misiles antiaéreos de largo alcance S-300, mientras que Noruega ha prometido cien proyectiles. Finlandia también ha anunciado un nuevo paquete de armamento. Aunque no ha aportado detalles al respecto, su Ministerio de Defensa remarcó que ha tenido en cuenta «tanto las necesidades de Ucrania como la situación de los recursos de las fuerzas de defensa».
Los tanques no son «tabú»
Alemania, por su parte, prometió este miércoles apoyo militar «a medio y largo plazo»; una manera de pasar por alto la grave crisis abierta en el Ejecutivo germano por la resistencia de su canciller, Olaf Scholz, a suministrar tanques y otro armamento pesado. No obstante, la ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, cifró en mil millones el coste de una cobertura a Kiev que incluiría armas más complejas y eficaces, con formación incluida.
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La jefa de la diplomacia germana indicó que su país está dispuesto a abastecer a la exrepública soviética durante al menos tres años y advirtió que el envío de vehículos blindados «no es ningún tabú», aunque «a corto plazo no tenemos nada que realmente podamos entregar de forma rápida».
Con nueva ayuda en camino, Kiev se rearma para un potente contraataque en una zona en conflicto desde 2014, cuando estalló la crisis en el Donbás. Durante ocho largos años los enfrentamientos han sido constantes y también los dos ejércitos han agotado numerosos recursos militares en ese tiempo. Como muestra de la dureza de la confrontación, antes de la invasión rusa la guerra del Donbás se había cobrado ya entre 14.000 y 15.000 vidas.
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Moscú ensaya con éxito el lanzamiento de un misil capaz de alcanzar objetivos a 18.000 kilómetros
«Hará reflexionar dos veces a quienes amenazan a nuestro país con una retórica desenfrenada y agresiva». Fueron las palabras con las que Vladímir Putin construyó este miércoles su particular 'aviso a navegantes' después de confirmar el ensayo con un misil balístico que surcó, hasta impacto, más de 5.000 kilómetros sobre territorio ruso, pero que podría alcanzar los 18.000. El lanzamiento se producía a las 15.12 (hora local) desde un cosmódromo en la región de Arcángel, al noroeste del país.
Y no pilla por sorpresa a Occidente, pese al clima de máxima tensión que se vive por el conflicto en Ucrania. De hecho, Estados Unidos dijo que había sido informado del ensayo y que estas operaciones no son una novedad. No es la primera vez que el Ejército ruso realiza pruebas con misiles de largo alcance. De hecho, el 'Sarmat' o 'Satan', como se denomina a este cohete, forma parte de una serie de armas «invisibles» que fueron presentadas en 2018 por el propio Putin. Entre ellos, los hipersónicos 'Kinjal' y 'Avangard'.
En marzo, Moscú confirmó que había utilizado el 'Kinjal' por primera vez contra objetivos ucranianos. El 'Sarmat', que cuenta con un peso superior a las doscientas toneladas, conseguiría mejores resultados que su predecesor, el misil 'Voevoda', que ya era capaz de llegar a zonas de impacto situadas a 11.000 kilómetros de distancia.
El Kremlin se ha jactado en varias ocasiones de ese alcance sin igual, hasta el punto de que el propio Vladímir Putin llegó a destacar su capacidad para «apuntar objetivos a través de los polos norte y sur». También ha incidido en que todos los componentes son de producción nacional.
Una vez completado el programa de pruebas, este arma de nueva generación se integrará en las Fuerzas de Misiles Estratégicos. El Ejército ya tendría un regimiento en proceso de formación para el uso potencial de este misil intercontinental en la región siberiana de Krasnoyarsk.
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