Vea la portada de CANARIAS7 de este viernes 5 de diciembre de 2025
Trump y Zelenski, durante su encuentro en la Casa Blanca. EFE

Trump asegura a Zelenski que «vamos a acabar con esta guerra» y será «rápidamente»

El presidente soslaya el envío de misiles Tomahawk y propone al líder ucraniano reunirse con Putin con él de mediador

Viernes, 17 de octubre 2025

La reunión de este viernes en la Casa Blanca es la historia de un viejo negociante y un hombre necesitado de ayuda para salvar a ... su país. El hombre le pide armas para poder prevalecer sobre su enemigo en el campo de batalla, pero el veterano le dice que tiene algo mejor porque esa solución no le convence en este momento. Sabe que goza de una posición de predominio. O el hombre acude a él o a nadie más con su poder. Al final, el hombre sale de la Casa Blanca sin ver cumplida su demanda y llevándose algo que ni remotamente contemplaba cuando llegó.

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Volodímir Zelenski acudió este viernes en Washington a un almuerzo con Donald Trump con un propósito claro: regresar a Ucrania con el compromiso de que Estados Unidos le suministraría sus poderosos misiles Tomahawk para presionar a Rusia. Lo que su anfitrión le devolvió es una oferta para aprovechar su previsible próximo encuentro con el presidente ruso, Vladímir Putin, en Budapest y convertirlo en una «doble reunión». Ante la «mala sangre» que existe entre los gobernantes de Rusia y Ucrania, el líder estadounidense se propuso como mediador en sendas reuniones separadas con ellos.

«Estos dos líderes no se caen bien y queremos que todos se sientan cómodos», señaló Trump, quien sin embargo precisó que, en aras de la paz, «tenemos que unirnos. Se trata de un grupo muy pequeño: el presidente, el presidente y el presidente. Yo soy el presidente mediador», explicó con un lenguaje que casi llamaba a reunirse al instante siguiente por su sencillez.

Animado por su reciente éxito con el plan de paz para Gaza, el presidente intenta repetir un formato negociador que funcionó en Oriente Medio y permitió erosionar las reticencias de israelíes e islamistas a través de mediadores intepuestos, con cada delegación en una habitación distinta. Sobrevoló, claro está, en el almuerzo de este viernes la cuestión palestina. Trump se presentó fortalecido por el principio de acuerdo entre Israel y Hamás e incluso trajó a colación que no le concedieran el Nobel de la Paz porque a él lo que le «importa es salvar vidas».

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LAS FRASES DE TRUMP

«Estamos cerca de negociar un acuerdo; con suerte, terminaremos esta guerra sin Tomahawks»

«Nosotros no queremos andar regalando misiles que necesitamos también para nuestra defensa»

«Creo que Putin quiere un acuerdo. Los mejores me la han intentado jugar, así que soy bueno en esta»

Aun así, su interés por sumar guerras finiquitadas fue patente y repitió que ya lleva siete u ocho conflictos bélicos resueltos. Sobre Ucrania se mostró muy claro: «Creo que tenemos una posibilidad de terminar la guerra rápidamente, si se muestra flexibilidad. Tenemos una muy buena posibilidad de concluir esta guerra». «Vamos a acabar con esta guerra», enfatizó. Después de su conversación con el presidente ruso durante la tarde del jueves, concluyó que «quiere llegar a un acuerdo y ponerle fin (a la guerra). El presidente Zelenski también quiere ponerle fin. Ahora tenemos que hacerlo».

Vladímir Putin, en cierto modo, parece haber ganado una vez más por la mano a Volodímir Zelenski. O así lo predicen algunos analistas occidentales a la vista de la reacción de Trump posterior al diálogo que entre ambos, del que salió la iniciativa de reunirse probablemente en el plazo de dos semanas en Hungría. Apenas unas horas antes de reunirse con el jefe del Estado ucraniano, Trump vaciló en su promesa de entregar misiles Tomahawk a Kiev e incluso señaló que «puede que éste no sea el momento ideal» para aumentar la presión con el Kremlin siquiera con sanciones. La reunión entre el inquilino del Despacho Oval y el presidente ucraniano es la tercera que los dos han tenido en la Casa Blanca y la sexta vez en que se encuentran cara a cara en este año, lo que demuestra su mutuo interés en acelerar un proceso que conduzca a la paz. Quizá el problema es que les diferencian las formas. Zelenski quiere utilizar la baza del poder militar para doblegar a su enemigo y para eso necesita indiscutiblemente a Estados Unidos. Pero este viernes volvió a moverse en un medio que ya conoce, con Trump aplazando las vías más rigurosas en favor de conceder una nueva oportunidad a Putin. Por eso, el líder kievita insistió durante el almuerzo que el jefe del Kremlin «no está preparado para la paz. No está aún dispuesto a poner fin a la guerra», y expuso como los bombardeos continúan incesantes cada noche.

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Zelenski y su equipo han aprovechado el viaje para entrevistarse con los principales fabricantes estadounidenses de misiles y con empresarios relacionados con el sector energético. Necesitan un arreglo a la destrucción sistemática de su infraestructura por parte de Moscú en vísperas del invierno. Sin ir más lejos, este viernes Ucrania declaró el estado de alerta energética. El almuerzo contó con la plana mayor de los dos gobiernos, con el vicepresidente JD Vance, el secretario de Estado, Marco Rubio, el responsable del Tesoro, Scott Bessent, y el jefe del Pentágono, Pete Hegseth, a un lado de la mesa; y la vicepresidenta ucraniana, Iryna Vereshchuk, el asesor presidencial Andryiv Yermak, y la ministra de Energía, Svitlana Hrynchuk, lo que ofrece una idea del valor que el Ejecutivo de Kiev otorga a regresar a su país con una solución a los apagones.

LAS FRASES DE ZELENSKI

«Queremos la paz, pero Putin no está listo, no la quiere. Por eso necesitamos presionarle»

«Es un momento importante porque Rusia no tiene resultados exitosos en la batalla»

«EE UU tiene misiles muy fuertes, y puede tener miles de drones, ahí podemos trabajar juntos»

Antes de pisar la Casa Blanca, Zelenski ya sabía que la decidida apuesta de su anfitrión por presionar a Rusia incluso con el envío de Tomahawks -aunque en un principio con el veto a emplearlos- se había suavizado. Pero aun así, probó fortuna: «Queremos la paz. Putin no la quiere. Por eso necesitamos presionarlo». Incluso le ofreció intercambiar los diabólicos misiles capaces de llegar sin problemas a Moscú y equipar cabezas nucleares a cambio de miles de drones facturados por la potente industria militar (y artesanal) ucraniana. «No se usan solo Tomahawks para atacar un muro militar; se necesitan miles de drones. Esto va de la mano con esos misiles», le propuso el líder ucraniano.

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Trump, ante los periodistas, no dijo ni que sí ni que no, pero sus comentarios fueron perfectamente comprensibles y denotativos de sus preferencias. «Los Tomahawks son algo muy importante. Pero nosotros también queremos Tomahawks. No queremos entregar cosas que necesitamos para proteger nuestro país. Los necesitamos», subrayó el presidente estadounidense,. «Preferiríamos que no necesitaran Tomahawks», porque «son armas muy poderosas pero también muy peligrosas» que podrían derivar en una «escalada» y producir «malos» resultados. EE UU, añadió, prefiere «acabar la guerra».

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