30 claves para no entender Líbano

Cuando alguien se empieza a interesar por la situación de Líbano, por su historia, sus conflictos, su obstinada complejidad, sus recurrentes altos y bajos, hay una frase atribuida al historiador francés Henry Laurens con la que enseguida se topa, y que se ha convertido en un clásico entre los expatriados, periodistas extranjeros y expertos en este país: «Si habéis entendido algo de Líbano, es porque os lo han explicado mal». Mi experiencia como expatriado en este país acaba de cumplir un año. Mi mujer y yo llegamos a Beirut tres semanas después de la explosión de agosto de 2020. Tras tan corto espacio de tiempo aquí, y a la vista del laberinto en el que te metes en cuanto intentas descifrar cualquier mínimo elemento de la realidad de este país, sería absurdo por mi parte pretender llegar a conclusiones o intentar ofrecer un análisis sólido sobre cualquiera de los aspectos que marcan la complejísima situación actual de este país, que todavía no se ha curado de las heridas de la reciente guerra civil, que vive la crisis económica más brutal que se ha vivido en este planeta desde el siglo XIX, que en este momento no dispone de un suministro normalizado de luz eléctrica ni de gasolina, y que, desnortado todavía por la explosión de 2020, no sabe qué le depara el futuro.

Lo que sí puedo hacer es compartir las claves que entiendo que marcan esa realidad actual. Las claves con las que me he encontrado en mis lecturas y conversaciones, y que se empeñan en conducirme a un laberinto en el que entro cada día, cuando trato de entender este país de Oriente Medio, tan rico en recursos, con ciudadanos tan formados, con una Historia llena de pioneros y emprendedores, y con una mezcla de culturas y religiones que, hasta ahora, y con muchos matices, se han tolerado. Pero un país que se empeña en no querer normalizarse, en ponerse zancadillas a sí mismo.

Con la intención de que me acompañen en ese laberinto, y de que quizás alguno de ustedes pueda descifrar lo que yo no he conseguido en un año, ni los expertos en décadas, les ofrezco las principales claves y factores con los que me he encontrado en este corto camino de extranjero observador e interesado en este país. Son treinta piezas desordenadas de un puzzle a las que pueden dar vueltas para intentar entender Líbano. Un puzzle que yo todavía no he conseguido encajar. Para mí, por ahora, se trata de 30 claves para no entender Líbano. Ahí van:

1. Recuerdo aún muy vivo de la cruel guerra civil (1975-1990), con sangrientas matanzas sectarias y ocupación por Israel, Siria y fuerzas internacionales. Esa guerra marca aún la política y la psicología colectiva del país. Curiosamente es una guerra que nadie sabe explicar y de la que todos se declaran vencedores. Murieron un total de 120.000 personas (dato de la ONU, 2006).

2. Israel y Palestina. La presencia y situación de los palestinos en Líbano (campos de refugiados, combatientes contra Israel, antiguo cuartel general de la OLP en Beirut) fue una de las claves principales de la guerra civil. Actualmente hay unos 400.000 refugiados palestinos en el país. La gran migración se produjo tras el nacimiento del Estado de Israel en 1948. Israel entra, sale y ha bombardeado Líbano con frecuencia. La última guerra fue la de julio de 2006, que enfrentó a Israel y Hezbollah en el sur de Líbano. Israel cuenta con el apoyo, no siempre entusiasta, pero incondicional, de Estados Unidos.

3. Siria. Vecino y muy influyente potencia regional. Líbano está situado en territorio de la antigua Siria. El ejército sirio ha operado en Líbano con distintas y ambiguas estrategias del régimen de Damasco, que se comporta a veces como si Líbano siguiera siendo una provincia siria.

4. En 1926 se creó la República de Líbano de la mano de Francia, que obtuvo el mandato internacional sobre esa zona tras la caída del imperio otomano. La definitiva independencia data de 1941. Desde entonces, Francia ha tenido un papel relevante en la tutela de este país en su devenir histórico.

5. Hezbollah, brazo de Irán en Líbano, partido de confesión shií con representación parlamentaria, movimiento de resistencia contra Israel y Occidente, estado dentro del Estado, fuerte milicia con más armas y mejor organización que el ejército libanés. Colabora con los regímenes sirio e iraquí. Actualmente es socio de los cristianos en el Gobierno. Para muchos, el mayor obstáculo para la solución de las crisis actuales.

6. Percepción muy negativa por parte de los cristianos de la presencia de los palestinos en Líbano, a los que acusan de ser el origen de los conflictos, al haber hostigado a Israel desde territorio libanés.

7. Deseo de los cristianos de que Líbano llegue a ser un Estado de corte occidental similar a Israel.

8. Muchos no olvidan que los líderes de las falanges cristianas, que se enfrentaron a los palestinos con recíproca crueldad, se formaron en la Alemania nazi. Sin embargo, se da la aparente paradoja de que estos grupos cristianos se asociaron y entrenaron con los israelíes durante la guerra civil, para luchar contra palestinos y 'comunistas'.

9. Otras potencias globales y regionales implicadas: USA, Arabia Saudí, países árabes, UE (sobre todo, Francia), Turquía y Rusia.

10. Líbano es un país pequeño con bastantes recursos naturales, pero no ha desarrollado un sector industrial fuerte y depende de las importaciones. La sociedad (sobre todo la cristiana y suní) tiene una sólida formación y excelentes profesionales. Los sectores sanitario, educativo, cultural y financiero-comercial son de primer nivel, aunque desde hace dos años todo se tambalea por la crisis económica, la falta de electricidad y combustible y por el éxodo de profesionales.

11. La mayoría de los actuales líderes políticos son los mismos señores de la guerra civil, cuyas heridas están todavía abiertas.

12. Refugiados sirios, desde 2011, por la guerra civil en Siria. Muchos de ellos palestinos. Hay casi dos millones en Líbano, en campamentos y muchas personas sin techo y mendigando. Las autoridades libanesas no les conceden la ciudadanía ni permiso de trabajo. Los libaneses no ven con buenos ojos a estos refugiados, dándose numerosos casos de maltrato.

13. Procedencia de los principales grupos de inmigrantes (normalmente con permiso de trabajo): Bangladesh, Etiopía, Filipinas, Sudán y Egipto.

14. Principales grupos religiosos: musulmanes (mayoritariamente shiís, suníes y drusos) y cristianos (maronitas, ortodoxos, melquitas, sirios y armenios).

15. Sistema electoral y reparto del poder por cuotas, según religiones y sectas. Otro de los factores que más influyen en la situación de estancamiento político actual.

16. Diferencias y enfrentamientos internos entre los grupos musulmanes, también entre las diferentes sectas cristianas.

17. Corrupción política generalizada y caciquismo muy marcado por zonas del país. La población lo acepta con resignación, aunque también se la puede considerar de alguna manera cómplice de la situación, precisamente por esa aceptación pasiva del statu quo.

18. No existencia de una verdadera cultura cívica ni democrática que pueda generar presión a la clase política. Dificultad de cohesionar a distintos grupos sociales en torno a movimientos reivindicativos, al estar los ciudadanos muy marcados por sectarismos político-religiosos que les hacen desconfiar entre sí al plantearse cualquier acción unitaria.

19. Las élites sociales y culturales del país parecen vivir (o siempre han vivido) en una realidad alternativa, en una apariencia ficticia de lujo, sofisticación y progreso. Tópicos como 'la Suiza de Oriente' y otros parecidos parecen responder más a un deseo, a un sueño, que a la cruda situación que no han querido ver ni creer.

20. Numerosa e influyente diáspora (prácticamente el mismo número de ciudadanos que viven en Líbano) repartida por todo el mundo y que aporta una importante cantidad de divisas extranjeras, aportación que puede suponer en torno al 18% del PIB (ese fue el dato en 2014, según el FMI).

21. Empecinamiento del Presidente Aoun (cristiano maronita) por colocar a su yerno, Gebran Bassil, como su sucesor en la Presidencia. Una obsesión que parece marcar su agenda política actual más que cualquier otro factor, lo que le hace objeto de fuertes críticas, incluso entre los propios cristianos.

22. Ejército libanés sin capacidad. Por ejemplo, no dispone de ningún avión.

23. Temor, sobre todo de los cristianos, a la islamización del país por la influencia de Hezbollah-Irán. No existe un censo actualizado desde hace más de treinta años, y todo hace pensar que la mayoría de la población actual es musulmana. En el pasado, la mayoría era cristiana.

24. Conato de revolución social en octubre 2019, en protesta por la situación económica del país. Se habló de primavera árabe en Líbano. No prosperó por falta de cohesión y por la llegada de la pandemia de covid.

25. Explosión de 4 de agosto 2020. Una catástrofe que significó la puntilla a la economía del país y al ánimo de la población. Los cristales rotos siguen todavía esparcidos por la ciudad.

26. No funcionamiento de los servicios públicos básicos ni de la administración

27. Devaluación de la moneda, desmoronamiento del sistema financiero y corralito bancario: la mayor crisis económica mundial desde hace más de un siglo. El país, próspero hasta hace poco, tiene ahora más del 50% de su población por debajo del umbral de pobreza. Mercado negro de cambio de divisas, fragilidad de la LBP: su valor real es once veces menor que hace dos años. Desde hace varios meses no hay prácticamente suministro eléctrico ni gasolina, y escasean algunos medicamentos básicos. Algunos hospitales podrían tener que cerrar. Todo el mundo dice que la situación económica actual es peor que la del periodo de guerra civil.

28. Población desencantada, pero resiliente, acostumbrada a las crisis, resignada a que la solución siempre parezca venir de fuera. Esta vez podría ser de la mano de Francia, del FMI, de los países árabes, de la comunidad internacional.

29. Pandemia covid-19. No hay datos muy precisos de la incidencia, que no parece preocupar demasiado a la población.

30. Estos últimos meses se vive un nuevo gran éxodo de profesionales y jóvenes. Principales destinos: Europa (sobre todo, Francia, Reino Unido, Alemania y Chipre), USA, Canadá, Dubai, Arabia Saudí y Turquía.

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