Moët & Chandon marida una soberbia (y exclusiva) cena en Poemas
El icónico champán organizó una exclusiva cena en el restaurante ubicado en el hotel Santa Catalina
El hotel luce espectacular. La iluminación de navidad, sutil y elegante, da la bienvenida al selecto y afortunado grupo de invitados que pudimos asistir a una cena en el restaurante Poemas, siempre garantía. Allí esperaba un evento de mucho nivel, a la altura del escenario, con una propuesta gastronómica seria y solvente, como es habitual, y regada a base de Möet & Chandon, lo cual ya es ciertamente potente, en el buen sentido.
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Xavier Monclús, representando al emblemático champán, ejerció de maestro de ceremonias, relatando cada trago, explicando cada botella, escenificando la exclusividad de lo que allí se estaba bebiendo. Es autoridad en el sector, y es además un gran orador, pasional. Por lo que el comensal se sentía arropado en todo momento, elevando aún más los diferentes matices.
Moët Imperial Brut Magnum con los tomates encurtidos de Poemas; el Gran Vintage 2015 con la empanadilla de bacalao, caviar y porrusalda. El de 2013 con el célebre turrón de morcilla canaria y praliné de almendras; Moët Chandon Grand Vintage 2015 Rosé con la anguila a la Benedictine (un maridaje excepcional); Collection Impériale Création Nº1 con la cigala, blanco de cigala y sriracha; Gran Vintage 2013 Rosé con un fantástico solomillo de vaca con salsa perigueux, y para finalizar, el Möet & Chandon Ice Impérial, con hielo, por supuesto, con chocolate orelys.
Fue una espléndida selección de champán, evidentemente, junto a una bien pensada selección de los platos de Poemas. La parte sólida y la parte líquida se elevaban mutuamente, porque la cocina de Poemas habla el mismo idioma de la excelencia que el de Moët. No hubo ni un solo pase raro, con menor nivel del esperado. Cada uno de ellos repartía buenas dosis de placer, y esto es algo tremendamente difícil de conseguir.
La ovación fue unánime, obvio. Es de esos eventos a los que a uno le apetece especialmente asistir, ahora que se celebran tantas cosas casi por cualquier cosa, y de aquella manera. Y me alegro que haya sido en este escenario, un restaurante al que le tengo sincera admiración, el elegido por Moët & Chandon para este maridaje único.
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