Arucas en cinco restaurantes: un recorrido para comer muy bien

Calles peatonales llenas de vida, terrazas donde sentarse a tomar o picar algo, impolutos parques y espacios abiertos para que los más pequeños disfruten y, claro, una serie de propuestas gastronómicas que cierran el círculo del placer de un municipio que siempre es un buen plan.

No sorprende, por tanto, la alegría que se respira en sus calles cualquier día de la semana, y en mayor medida los fines de semana, donde multitud de turistas y locales acuden a pasear por su casco o su costa, a hacer algunas compras o simplemente a comer en alguno de sus interesantes restaurantes.

Allí, además, es obligatoria la visita a la destilería de Ron Arehucas, donde se puede hacer un tour guiado sobre este emblemático producto que traspasa fronteras, y de paso conocer la importancia de esta industria para el municipio y para la isla. Otra de las paradas que debe marcar en rojo es el Jardín de la Marquesa, un paraíso natural en forma de jardín botánico que alberga 500 especies clasificadas, conviviendo con una colonia de pavos reales en libertad, además de ser un espacio donde desarrollar multitud de eventos únicos.

Para dejarse sorprender y conocer en profundidad otro de los productos vitales de Canarias, el plátano, es fundamental conocer la Hacienda la Rekompensa, un lugar especial que cuenta con un museo del plátano, más de 56.000 metros cuadrados de plantación y unas 25 variedades de este producto, un hecho único en el archipiélago. Cuenta, además, con una instalaciones perfectas para todo tipo de eventos.

Pero, centrándonos en la materia que nos ocupa, Arucas es también una parada gastronómica apetecible, contando con restaurantes tan solventes como, por ejemplo, Casa Brito, en Visvique, reconocido en toda la isla como uno de los mejores asadores. Abierto en 1998 por José González Brito, este local de estilo rústico tiene una de las mejores brasas, donde elaboran carnes y pescados de altísimo nivel. Está presente en las principales guías nacionales, cuenta con una bodega generosa y un servicio impecable.

En el casco histórico encontramos tres opciones que no decepcionan. De Enyesque, por ejemplo, es una de esas tascas donde todo funciona en tiempo y forma, de carta muy sugerente, generosas raciones y una buena variedad de fuera de carta. Tanto la terraza como la sala interior suelen estar repletas, por lo que siempre es mejor reservar. Las croquetas, adictivas. Los arroces y el risotto no fallan.

Lo mismo sucede con otro de los más demandados en el centro: El Mercado. De gran sala y gran terraza, su propuesta se apoya en el producto de temporada bien ejecutado, un servicio profesional y competente y un ambiente agradable. La carta es amplia, pero es conveniente dejarse asesorar por el servicio y prestar especial atención a las sugerencias del día.

No muy lejos de allí encontramos una de esas aperturas que suponen un agradable soplo de aire fresco (y de calidad) en la gastronomía de Arucas. La Catedral Bistró, de equipo joven y lleno de creatividad, ha dado unos pasos más allá, tirando de creatividad para potenciar platos tradicionales con un acierto destacable. El boca a boca ha hecho su trabajo, haciendo de este restaurante una sutil parada en el camino.

Dejando el casco atrás, y enfocando la mirada hacia el mar, la costa de Arucas es el lugar ideal para un ligero paseo, un baño en Los Charcones o para disfrutar del pescado fresco. Un buen lugar para ello es El Dorado del Norte, en El Puertillo, donde disfrutar de una buena comida con privilegiadas vistas al mar desde su terraza. Chipirones a la plancha, ropa vieja de pulpo, lapas, sardinas, calamares... nada puede salir mal.