'La gaviota' del puerto pierde sus alas por las obras del Muelle Pesquero
El singular edificio portuario, que ha estado en pie unos 60 años, ha sido derruido para construir nuevos accesos | Las alas cubrían dos básculas por las que pasaron todas las flotas pesqueras históricas de La Luz | Era historia
Estructura original
Foto actual
El pequeño edificio ubicado a la entrada del Muelle Pesquero del puerto de Las Palmas, referencia para los que conocieron el recinto en los últimos 60 años y conocido como 'la gaviota', ha sido demolido a consecuencia de las obras que se están ejecutando en el entorno para mejorar los accesos.
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De 'la gaviota', bajo cuyas alas se ubicaban dos pesas que fueron testigos del transitar de todas las flotas pesqueras que han pasado por el puerto de Las Palmas, ya no queda nada. Solo se han respetado dos edificaciones que había junto a esta estructura con forma de dos alas en movimiento y que albergan las comunicaciones del puerto y conexiones eléctricas.
La estructura de 'la gaviota' fue ideada en los años 60 por el ingeniero de Caminos José Luis Ramos Mesplé, que era entonces el responsable de Obras y Proyectos del puerto de Las Palmas. Como recuerda el que fuera director de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, José María Hernández, los dos alerones se instalaron sobre la báscula para evitar que los que pesaban las capturas se mojaran los días de lluvia. «Había dos pesas, una a cada lado, y en ellas se pesaba todo lo que se descargaba a La Luz de las flotas rusas, japonesas, coreanas, cubanas...», recuerda.
Hernández lamenta que se haya derruido la estructura y no se haya trasladado a otro punto del puerto, como ya se hizo en una ocasión. «Era un diseño valiente que era historia del puerto y se tenía que haber hecho lo posible para mantener esta estructura que forma parte de la arqueología industrial de esta isla«, indica.
En sus palabras, Ramos Mesplé fue un «genio», capaz de crear una estructura en el aire que durante 60 años estuvo en pie y sin que le saliera una sola grieta, que era una de las preocupaciones de los ingenieros por su dificultad de diseño. «Era una obra singular, valiente y representantiva del puerto. Es una pena que no se haya mantenido», señala Hernández, que recuerda que durante su etapa como director del puerto se 'salvaron' distintos elementos que tenían que ser retirados por el crecimiento del recinto portuario. En este sentido, destaca la grúa titán, que hoy luce en el entorno del muelle Santa Catalina. También apunta a la réplica que se hizo de la marquesina en la que desembarcó Alfonso XII y que hoy también se puede ver en Santa Catalina. «Antes había más conciencia civil que ahora», concluye.
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