Resiliencia con acento canario
Intentando ver el vaso medio lleno, la pandemia nos enseñó que en Canarias hay actividades con anclajes sólidos
FRANCISCO SUÁREZ ÁLAMODIRECTOR DE CANARIAS7
Viernes, 29 de octubre 2021, 01:00
Mirando el vaso medio lleno, la economía canaria está mejor que hace un año. Y por supuesto mejor que hace dieciocho meses. Sobre esto último, desde luego que ni punto de comparación... es que entonces no había casi actividad productiva: el mundo se había parado literalmente y las economías más dependientes del exterior, como es nuestro caso, lo acusaban mucho más que otras con mayor grado de diversificación.
Publicidad
Mirando el vaso medio vacío, la paulatina recuperación está anclada en los mismos pilares, o el mismo gran pilar, que en los últimos cincuenta años en Canarias: el turismo. Todos aplaudimos el retorno de los aviones a los aeropuertos, todos nos felicitamos al ver que hoteles y apartamentos vuelven a llenarse, que en las playas se oyen lenguas diferentes al español y que las terrazas están atestadas... y en medio de ese júbilo se nos olvida, o lo dejamos algo aparcado, aquello de aprovechar el parón para repensar el modelo productivo. No para cambiarlo por completo, pues un territorio alejado y fragmentado tiene sus limitaciones estructurales, sino para complementarlo, de manera que la gallina de los huevos de oro, que es y seguirá siendo el turismo, tenga otros adornos (más sostenible, más digital y con mayor facturación en destino) y que vayan cogiendo impulso otras actividades.
Para eso se supone que son determinantes los fondos comunitarios y en gran medida los estatales, pero su llegada sigue siendo a cuentagotas y, como descubrimos ahora, condicionada a las medidas en clave doméstica que tome el Consejo de Ministros y, sobre todo, a la superación del carajal que hay entre el Partido Socialista y Podemos.
Con todo ello, e intentando ver de nuevo el vaso medio lleno, la pandemia nos enseñó que en Canarias hay actividades con anclajes sólidos: el negocio portuario, el comercio local (ojalá no olvidemos la importancia del 'kilómetro cero'), la sanidad (pública y privada, condenadas a complementarse y entenderse) y todo lo vinculado a la sostenibilidad medioambiental. Sobre esos pilares se cimentó en gran medida la resiliencia en los peores momentos de la pandemia y tirar por la borda esos activos sería suicida. No estamos para despreciar nada.
Regístrate de forma gratuita
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión