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AFP
El BCE alerta de «una continua pérdida» de empleo tras el alivio de los ERTE

El BCE alerta de «una continua pérdida» de empleo tras el alivio de los ERTE

En el primer envite de la pandemia el paro creció un 0,7% en la Eurozona frente al 1,3% en el inicio de la anterior recesión

Salvador Arroyo

Bruselas

Jueves, 24 de septiembre 2020, 19:12

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Cuando el pasado día 10 Christine Lagarde compareció tras la reunión del Consejo de Gobierno del BCE destiló optimismo. Habló de un «fuerte rebote de la economía» como previsión para el tercer trimestre de este año. Un mensaje de confianza, tachado por muchos expertos como «excesivamente optimista» que la francesa envolvió en matices. Ahora son esos matices los que capitalizan un informe que la propia institución bancaria ha hecho público este jueves. Y el resultado final de la imagen es más oscuro.

En su boletín económico, que analiza el impacto de la pandemia, sostiene que el mercado laboral seguirá resintiéndose.«Los indicadores apuntan a una continua pérdida de empleo en el tercer trimestre». En este sentido, refleja que la tasa de paro de la zona euro subió apenas dos décimas entre los meses de junio y julio (del 7,7% al 7,9%). Y el repunte también fue contenido ampliando el foco a seis meses (periodo febrero-julio). Apenas un 0,7% cuando, en un periodo similar durante la anterior recesión (septiembre de 2008-febrero de 2009) llegó a dispararse hasta un 1,3%

¿Cuál es la diferencia? Las políticas laborales impulsadas por los gobiernos para incrementar el empleo pero, sobre todo, para evitar los despidos permanentes (léase los ERTE) son las que han conseguido «aliviar» el desplome. Y junto con ello la propia dinámica que se generó durante e inmediatamente después de la salida de meses de confinamiento. Lo que el BCE denomina «transiciones del empleo y el desempleo a la inactividad debido a los efectos económicos de los cierres patronales» así como «las continuas dificultades a las que se enfrentan los trabajadores que buscan empleo a medida que las medidas de contención se eliminan gradualmente». Sea como fuere, el informe del emisor del euro es concluyente: «Los indicadores recientes basados en encuestas siguen apuntando hacia la pérdida de puestos de trabajo».

Una alerta en rojo que se suaviza (aunque ligeramente) cuando se refiere a la evolución de la inversión empresarial. Con la reapertura de la economía, «se recuperó en cierta medida», pero la baja demanda y los riesgos financieros «siguen pesando« sobre las perspectivas para los próximos trimestres. De hecho, se aprecian »pocas señales de dinamismo« en lo que se refiere a la demanda de bienes de consumo. Las carteras de pedidos se toman, en este sentido, como referencia (no se aprecia todavía un empuje en las expectativas de empresas minoristas ni tampoco en la intención de los consumidores de realizar compras importantes).

De hecho, después del mínimo de abril, el comercio de la zona del euro se recuperó a finales del segundo trimestre, aunque a un nivel «sustancialmente más bajo que antes». Tras una fuerte contracción entre enero y marzo, las exportaciones e importaciones totales de la zona del euro cayeron un 18,8% y un 18%, respectivamente, entre los meses de abril y junio.

El boletín del BCE refleja también que aunque la caída de los ingresos en los hogares ha sido limitada en los últimos meses, la tasa de ahorro si aumentó considerablemente (a «niveles sin precedentes») en el segundo trimestre, tocado de lleno por el confinamiento -los depósitos bancarios de los hogares crecieron desde marzo-. «Aunque se espera que (el ahorro) vuelva a descender», no lo haría de forma significativa por las incertidumbres existentes.

El escenario exige, en cualquier caso, mantener todas las medidas de estímulo y expansión fiscal por tiempo indeterminado, a juicio del BCE. «La incertidumbre relacionada con la evolución de la pandemia probablemente frenará la fortaleza de la recuperación del mercado laboral y del consumo y la inversión» por lo que la economía de la zona del euro debería contar «con el apoyo de unas condiciones de financiación favorables, una política fiscal expansiva» esperando también el «fortalecimiento progresivo de la actividad mundial y demanda».

Los expertos de la institución financiera mantienen unas proyecciones macroeconómicas que prevén una caída del PIB real anual del 8,0% en 2020, antes de aumentar un 5,0% en 2021 y un 3,2% en 2022. En comparación con las que se plantearon en junio, las perspectivas de crecimiento del PIB real se han revisado al alza 0,7 puntos porcentuales para el actual ejercicio.

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