La última vez en Granada fue, también, la última vez de Vitolo
Fútbol ·
La UD vuelve el sábado al escenario en el que el futbolista fue expulsado y clausuró un tercer ciclo nefasto. Desde entonces, abril de 2023, no ha jugadoLa visita a Granada del próximo sábado no trae los mejores recuerdos a la UD por todo lo que deparó lo ocurrido en la temporada pasada. Además de la derrota que se produjo (2-1), se dio otra circunstancia que viene a la memoria y que tampoco enriquece: la última aparición de Vitolo en un terreno de juego.
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Fue el 15 de abril de 2023 y, desde entonces, ha llovido, el futbolista internacional no ha vuelto a jugar. Lo último que se sabe de Vitolo es que, tras pasar por el quirófano en mayo para reconstruir la plastia del cruzado de su rodilla derecha, ha estado recientemente a prueba en el Emirates FC del país asiático y no terminó de convencer. Con 34 años, y, como su amigo Jonathan Viera, ahora sin equipo (tiene contrato hasta junio co el Atlético de Madrid pero carece de ficha federativa y no cuenta), su futuro no puede ser más incierto.
Y es que, retrocediendo a la última vez en Granada, es ahí, casi diez meses atrás, cuando disputó su último partido y culminó un tercer periplo nefasto en la UD, en el que apenas pudo sumar 108 minutos repartidos en 8 encuentros. Llegó lesionado en el verano de 2022, no pudo jugar hasta octubre y García Pimienta nunca lo incluyó en un once titular, recurriendo a él como revulsivo en las segundas partes siempre que estuvo disponible, que fueron ciclos muy cortos por las incidencias físicas que siempre le condicionaron.
En Los Cármenes, además, Vitolo protagonizó una reaparición que no pudo ser más frustrante. Tras más de tres meses sin minutos por lesión, Pimienta le introdujo en el campo a falta de diez minutos para el final en sustitución de Moleiro. Y, apenas cinco después, se pasó de frenada en una acción sobre Bryan Zaragoza y le atropelló con los tacos por delante a la altura de la tibia y sin opción alguna de llegar al balón.
Roja fulminante
El colegiado catalán García Verduda no dudó en mostrarle la roja directa, pese a que el futbolista le protestó su decisión. Ahí escribió su epílogo porque ya no se vistió más de corto. Fue testigo desde fuera del posterior ascenso a Primera División, en el que su protagonismo resultó testimonial, y, en adelante, su rutina no ha sido otra que la de entrenarse por su cuenta a la espera de encontrar un destino que sigue sin concretarse.
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Así que su última imagen en la competición, enfurecido tras la decisión de un árbitro mandándole a la ducha, no hace demasiada justicia a una trayectoria anterior de títulos, fama y arte.
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