Los seis retos inmediatos para Luis García en la UD Las Palmas

El nuevo entrenador de la UD encara una agenda de cumplimientos que no admite dilaciones. Ya desde el primer minuto. Luis García conoce las exigencias del proyecto y, a corto plazo, espera cubrir con éxito las primeras etapas de su andadura en Gran Canaria.

1.-Ganarse a los jugadores a base de método y convicción

Luis García aterriza en Barranco Seco y sabe que su credibilidad en el vestuario debe ganársela día a día. Para tal propósito es fundamental que los jugadores crean en su método y en sus ideas. Tener la confianza del vestuario será la única manera de que el preparador asturiano pueda enraizar y hacerse con las riendas del nuevo proyecto. Todos destacan de él su talante cercano y entrañable con los futbolistas sin que esto reste exigencia alguna en las rutinas diarias. Desde Catar, donde sigue hasta que llegue para ser presentado, ha estado estudiando los perfiles de sus pupilos y acumulando información al respecto, aunque el careo y la convivencia marcarán el salto cualitativo y definitivo al respecto.

2.-Una pretemporada que prenda la llama de la ilusión

No puede permitirse la UD alargar el luto que quedó tras el descenso y debe empezar a enganchar a la gente desde el kilómetro cero de esta andadura renovada. Los amistosos que en otras pretemporadas tenían cierta coartada y servían para poner la maquinaria a punto sin atender al marcador ahora sí tendrán más trascendencia por la inevitable presión que ahora se arrastra. Además, en el propósito de automatizar lo que es ganar, adquirir esa costumbre esencial en el objetivo de pelear el ascenso, cuanto antes se empiece, tanto mejor para todos. Y lo primero que viene son los ensayos veraniegos en la concentración de Marbella, ya confirmado el primero, frente al Orlando Pirates el próximo día 17 de julio.

3.-Esa cantera propia que hay que volver a explotar

Asignatura pendiente en los últimos tiempos la de consolidar a un meritorio de la casa en la primera plantilla. A Diego Martínez se le achacó eso y su intento de maquillar su nula querencia a mirar a filiales, con estrenos tardíos y anecdóticos, no coló. La salida de jugadores importantes, alguno referente en el Anexo, léase Moleiro, obliga a pulir a otra joya de la cadena. Hay candidatos, con Arturo encabezando el pelotón, y el técnico tendrá que analizar cada caso de todos los chicos de abajo que desfilarán ante él. Pero el mensaje desde la dirigencia es claro: hay que abrir paso a savia nueva para modelar, también, bienes patrimoniales de futuro. Se trata de una necesidad de índole estratégica.

4.-Terminar de definir la UD 2025-26

En este punto no solo depende de su criterio y alcance, pues faltan fichajes por llegar, además de los anunciados de Adam Arvelo y Adri Suárez, que se aclararán en proporción a las posibilidades económicas del club y a las gestiones de Luis Helguera (de esa lista de probables ya se descartó la opción de repescar a Jonathan Viera). Pero sí parece recomendable poder definir a la mayor prontitud los recursos con los que se va a contar para cohesionarlos y mezclarlos convenientemente. En este apartado también entran los posibles descartes porque no todos los que inicien el camino van a continuar. Y así, entre entradas y salidas, debe coger cuerpo la UD 2025-26 bajo el prisma de Luis García, al que se le dará la autonomía necesaria para la toma de decisiones.

5.-Los roles y jerarquías para vertebrar al resto

No se ciñe a la elección de capitanes. De la cuota de veteranos que hay en nómina (Álex Suárez, Mata, Cardona, Sandro, Loiodice, por ver el ritmo de Kirian) se puede sacar un enorme provecho en lo que respecta a implantar un clima interno de sana competencia y camaradería, un núcleo duro de referentes que vertebren al resto y solidifiquen vínculos ante una temporada que se presenta larga y densa. Tener un equipo dentro y fuera del campo es una estrategia común ineludible y que se empieza a labrar con los calores de julio y en las primeras semanas del camino.

6.-Ejercer de líder y constatar las referencias

Ni Luis Carrión ni Diego Martínez, sus antecesores en el cargo, llegaron a calar como es esperaba en el grupo. El primero pasó de puntillas y su sustituto tampoco llegó a establecer un lazo estrecho y sólido pese a que estuvo nueve meses en el cargo. En la restitución de esa figura visible, de ese líder indiscutible que mueva a todos, debe orientar sus pasos. Las referencias hablan de Luis García como un excelente gestor interno, conocedor de los códigos y buen motivador. A su pizarra une tacto y manejo personal. Sabe que esta área debe cuidarla para poder ejercer con autoridad y argumentos.

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