Si no es una final, lo parece

El partido que aguarda a la UD el próximo viernes en el Gran Canaria frente al Atlético Osasuna (20.00 horas) ha cobrado una importancia capital después de las dos derrotas consecutivas que arrastra el equipo en el campeonato regular y que, en combinación con los resultados de varios rivales directos en la lucha por la permanencia, colocan los puestos de descenso a únicamente tres puntos. El Espanyol, que se impuso la pasada jornada al Real Valladolid, actual colista, es el primer integrante del trío de cola y suma 19 unidades en su casillero, por las 22 que ostenta la UD desde finales de 2024 y que no ha podido aumentar luego de caer ante Getafe (1-2) y Real Madrid (4-1).

Además, Leganés, que ya está a la par en la tabla luego de su sorpresiva victoria con el Atlético de Madrid, y Getafe y Alavés, por debajo en el escalafón, también saldaron con resultados positivos sus respectivos compromisos, por lo que todo se comprime más y recomienda evitar más concesiones. Pidió Diego Martínez, en la sala del Santiago Bernabéu, que la sensación negativa que ahora se arrastra no se dimensione («el partido de hoy que no nos haga más daño de esta noche, porque el viernes estamos compitiendo de nuevo»), consciente, como es, de que la trayectoria se ha torcido y que, sin que las urgencias vuelvan a planear como al inicio de la temporada, sí es imperativo cambiar cuando antes el rumbo.

Y es que la dinámica de juego y resultados desde que arrancó el año, intercalándose una eliminación copera en Elche que tampoco fue decorosa, preocupa al entrenador, lastrado por las bajas y al que las distintas soluciones que ha propuesto no le han dado resultado. La denominada unidad B fracasó en el Martínez Valero en el arranque de este enero que está siendo desalentador y los más habituales tampoco han terminado de funcionar.

Ese rendimiento a la baja tiene al cuerpo técnico analizando motivos y desencadenantes con el fin de aplicar un plan de choque que frene esta sangría. Y es que en apenas catorce días se han perdido más partidos (3) que en los dos meses y medio anteriores (2), lo que evidencia que algo no marcha. Y el calendario no sirve de eximente porque, en este tramo, ha deparado un contrincante de inferior categoría (Elche) y otro que estaba muy por debajo (Getafe) en prestaciones y proyección, quedando al margen de todo un Real Madrid inaccesible en condiciones normales, como así pasó el domingo.

El retorno de Essugo, cumplida su sanción, y la presumible vuelta de lesionados como Campaña o Viti, a los que se espera ya de vuelta, pueden y deben subir el nivel de un equipo con síntomas alarmantes (diez goles encajados en las mencionadas tres derrotas hablan de su extrema vulnerabilidad). Porque ya toca volver a ganar a riesgo de que la situación pase de ámbar a rojo.

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