La última salida a Miranda de Ebro dejó derrota y decepción (4-2). LALIGA

En la eterna lucha por superar el mal del viajero

La UD encara con presión la visita al Burgos y confía en dejar atrás de una vez sus penurias lejos de casa: con Mel, solo 9 triunfos en 51 desplazamientos

IGNACIO S. ACEDO

Las Palmas de Gran Canaria

Viernes, 17 de septiembre 2021, 01:00

La UD ganó la campaña pasada tres partidos a domicilio. Sobran dedos de una mano para enumerar las únicas alegrías en Mallorca (0-1), Fuenlabrada (1-2) y Logroño (0-1). En el anterior curso, el 2019-20, tampoco es que las estadísticas a domicilio arrasara, aunque la cosecha de triunfos foráneos fue mayor, atendiendo a las cinco conquistas en campo ajeno: Ponferradina (0-2), Lugo (0-2), Elche (2-3), Extremadura (0-1) y Almería (0-1). Y en el tramo de la primera campaña de Pepe Mel en la UD, la 2018-19, únicamente se venció en una de las siete salidas en las que estuvo: en su debut y en Riazor (0-1). Total, el balance resultante de Las Palmas como visitante y con Mel en la banda, incluyendo las dos salidas de este curso (0-0 en Girona y 4-2 en Miranda de Ebro), se totalizan 51 desplazamientos y con el raquítico saldo de 9 victorias. Menos de una quinta parte, lo que viene a confirmar el mal de altura que le entra al equipo lejos del Gran Canaria.

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Viene esta tradición a cuenta por la necesidad que tiene ahora el equipo de levantarse, luego de dos jornadas consecutivas que han dejado un punto de seis en el casillero y sensaciones más negativas que positivas. Y en el horizonte inmediato lo que viene es comparecer en el campo del Burgos, el próximo lunes ya, con lo que la mochila de obligaciones se carga todavía más. A la exigencia de no fallar se une el tener que compatibilizarlo con el vértigo puntual que se presenta en las ocasiones en las que no se defiende plaza. Porque si ganar en esta categoría rara vez viene por regalos y la complejidad se duplica con la piel de visitante, en la UD todos esos condicionantes se multiplican a la luz de las estadísticas.

Mel, que ha desterrado el catálogo de excusas para esta temporada, no contempla para la visita a la capital castellana otro escenario que la mejor puesta en escena de sus hombres. Se viene de una última salida a Anduva en la que falló todo, desde la actitud a la concentración, pasando por la intensidad, el acierto y hasta la inspiración en el planteamiento, tal y como él mismo admitió. Una suma de negligencias de la que esperan haber aprendido para poner remedio inmediato y más con la presión añadida que se acumula para este encuentro. De puertas para fuera, concordia y confianza. Pero, ya en la intimidad del camerino, consenso en cuanto a lo que podría acarrear, todo negativo, avanzar una semana más con la única alegría ante el Huesca en el zurrón. No se quiere llegar a ese extremo bajo ningún concepto.

Por lo tanto, El Plantío pone bien barato poder mejorar a poco que todos se impliquen y estén por la labor. Y de eso no se duda porque la semana ha estado sembrada de autocrítica y ganas de revancha, como se desprende de las declaraciones efectuadas por los futbolistas que se han manifestado públicamente, como Kirian en la radio oficial del club o Ferigra en la sala de prensa de la Ciudad Deportiva. La consigna de rendir de manera solidaria, sin conceder al adversario y con identidad y determinación vertebran la declaración de intenciones para una cita sin margen de error si se quieren evitar tambores de crisis.

Está en la mano de todos por mucho que los antecedentes cada vez que tocó coger un avión inviten más a la precaución que al optimismo. Llega la hora, en definitiva, de firmar la excepción y en el momento más oportuno posible.

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