Errores, regalos y un tren que no volverá a pasar (1-2)
las palmas 1-2 girona ·
La UD Las Palmas deja escapar una oportunidad importante, tal vez la última, para acercarse a la zona de promoción de ascenso, al caer en su feudo contra el GironaSucumbió Las Palmas, como también lo hicieron sus opciones de querer soñar con las plazas de promoción de ascenso. Y eso que empezaron ganando los isleños, con gol de penalti de Lemos, pero los errores en la retaguardia condenan, una vez más, cualquier sonrisa. Empató Sylla tras una caricatura en defensa, con Eric y Álex Suárez dormidos y Domínguez lento. Luego, con otro trapo atrás, cayó el segundo, de Couto. Ver para creer.
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Movió poco Mel el once, donde tan solo hubo un cambio, hombre por hombre. Dani se quedó en la banqueta y Jonathan Silva cogió las riendas del lateral izquierdo. De resto, los otros diez guerreros que asaltaron el Fernando Torres. Se mantuvo Sergio Ruiz, que superó sus molestias, y seguía Araujo tirado al costado izquierdo. Mejor no tocar lo que funcionar, debió pensar el técnico madrileño para pelear la victoria ante el Girona.
Inicio dubitativo de la UD, con la defensa muy atrás y con los delanteros a demasiada distancia de la portería rival. Bien plantado el Girona, Eric y Álex empezaron sacando músculo para apagar fuegos. Jesé exhibía hambre y probaba sin fortuna al meta visitante en dos ocasiones. Solo habían pasado 15 minutos, pero el delantero ya había avisado. Quería su gol. Era el más activo arriba. Araujo, algo perdido tirado a la izquierda, no conectaba como enganche. Pejiño tampoco la olía y ahí nacían los problemas para Pepe Mel. Algo no funcionaba. Tocaban los catalanes con claridad y tranquilidad. La más clara en la primera mitad llegó de las botas de Aday Benítez, con una rosca que escupió serio Domínguez.
Cuando todo hacía indicar que al descanso se llegaría en igualdad a todo, apareció Álvaro Lemos, con el muestrario de garra y coraje bajo el brazalete de capitán que le tocó lucir. El gallego fue con decisión por la izquierda y se metió delante de su defensor, dentro del área, sabiendo que lo iba a arrollar. Se fue al césped. Penalti para los amarillos. Fue el propio Lemos quien lo convertiría. Con una tranquilidad pasmosa. Como si estuviera en el patio de su casa. Ya mandaba la UD.
Lo que nadie se esperaba es que fuera a durar tan poco la ventaja, pues tras el paso por los vestuarios, el cuadro rojiblanco igualó la contienda. El intermedio fue mortal. Un minuto después de empezar la segunda mitad, Las Palmas puso la alfombra roja en defensa. Eric y Álex Suárez dudaron, Sylla apretó y Álex Domínguez se la comió, que salió a buscar uvas y no conectó con el balón. El delantero senegalés anotó a puerta vacía, aprovechando el regalo inexplicable de los tres hombres más atrasados en el sistema de Mel. Ver para creer.
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Quería reponerse sobre la marcha el conjunto isleño. Y con una maravilla de Jesé casi lo consigue. Un taconazo del ex del PSG dejó a Araujo solo contra Juan Carlos, pero su disparo se marchó al Corte Inglés. Le pegó con todo el Chino, tal vez con más ímpetu que calidad. Iba a seguir insistiendo Araujo, que parecía no tener suerte de cara a gol. En el 58 tuvo otra que malogró con la izquierda. Estuvo solvente Juan Carlos, que no se venció. Mordían los grancanarios, que sumaban, además, más clase arriba con la entrada de Rober González. Jesé empezaba a bailar, Pejiño ya se dejaba ver y el extremeño tenía ganas de fiesta.
Cuando parecía que podía llegar una sonrisa, cayó un nuevo mazazo. Segundo tanto del Girona. Otra vez muy mal defendido por parte de Las Palmas. Pejiño no paró la jugada con falta, Eric se resbaló, Álex Suárez no pudo taponar el pase al espacio y Domínguez nada pudo hacer. Sylla recortó, sentó al arquero y Couto definió con maestría. Tocaba remar a contracorriente y el cronómetro ya no daba tregua.
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Acarició Lemos el empate, luego de que expulsaran a Bueno por una entrada criminal a Pejiño en la frontal, dejando a los suyos con diez en el 90. El gallego disparó y Juan Carlos la negó. El golpeo fue divino, pero la suerte no iba a ayudar en nada. Todo lo contrario. Los amarillos cayeron por méritos propios. Por errores impropios de un equipo que quiere algo más que la mediocridad en la tabla.
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