Una UD Las Palmas sin pena ni gloria

Nuevo estrépito de la UD, que suma otra derrota en su feudo, y saca a relucir sus ganas de que este curso finalice ya. Narváez destrozó a Cardona, retratado anoche, y el Zaragoza se hizo con los tres puntos en el Gran Canaria, exhibiendo más pegada y mejor oficio que los locales. Todavía no hay rastro de la mejor versión de Jesé, frustrado con el gol, y Sergio Ruiz no puede hacerlo todo en este equipo. Valles mantuvo con vida a Las Palmas durante todo el choque, parando un penalti de los dos que le chutaron y sacando buenas manos. De resto, el resultado es buen reflejo de lo visto sobre el verde.

Movió poco el once Pepe Mel y siguió confiando en Cardona en la zaga, para su desgracia esta vez. Álex Suárez suplió al sancionado Eric Curbelo y Clemente y Pejiño entraron por Kirian y Rober. Desde el principio, el Zaragoza mostró mejores colmillos, decisivo en la presión y valiente al saltar líneas. Mientras, Las Palmas, todavía buscaba la pelota cuando Cardona pisó a un rival y, con VAR de por medio, el árbitro decidió pitar penalti. Corría el minuto 7, Zanimacchia no fallaba, pese a que Valles había adivinado la dirección del lanzamiento, y los amarillos ya remaban a contracorriente.

Cuando todavía no había ni reaccionado el conjunto isleño, Cardona volvíó a lucir vergüenzas arrollando a Narváez, que le había roto la cintura. Fue dentro del área. Era la segunda infracción del argentino a pocos metros de Valles, que esta vez sí salvó los muebles. El sevillano se hizo grande y detuvo el disparo desde los once metros de Eguaras. Sobrevivía Las Palmas gracias a su arquero.

Jesé fallaba goles, con las botas torcidas y el punto de mira muy desviado, Araujo ofrecía destellos, Sergio Ruiz se mantenía en su línea y Fabio no se quitaba las cadenas, siempre estático y muy fijo en el centro, y Clemente elegía pasar cuando tenía disparo claro. La UD patinaba y, encima, cuando Pejiño parecía despertar entre regates y quiebros, Vigaray se lo cargó con una entrada digna de pasar por los juzgados. Se iba uno abajo Las Palmas al descanso.

Tras el paso por los vestuarios, todo siguió igual. Cardona sufriendo en la retaguardia, Jesé sin gol y con la UD elaborando con más ganas que inteligencia. La entrada de Rafa Mujica por Pejiño aportó ímpetu y Aridai quería reivindicarse, pidiendo siempre la pelota. Pero no encontraban el camino los de Mel ante un Real Zaragoza bien plantado, sobrio en defensa y con pillería para armar contragolpes.

De hecho, Sanabria metió el dedo en la herida grancanaria, cogiendo la espalda a la zaga y rematando al fondo de las mallas un gran centro. Aridai, desde su casa, y Kirian Rodríguez, aún desde más atrás, probaron fortuna, pero se toparon con Christian Álvarez, meta visitante. Benito también lo buscó con una falta por abajo. Todo estaba escrito para que el Real Zaragoza se llevase los tres puntos del Gran Canaria. Los amarillos piden a gritos que se acabe ya este curso. Y habrá unos cuantos que no seguirán luciendo estos colores.