Jesé, consolado por Diego López en el último desplazamiento de la UD, saldado con dura derrota ante en Espanyol (4-0). LALIGA

En Alcorcón llega la prueba del algodón tras dos salidas que sonrojaron

El criticado 0-0 en Oviedo y el derrumbe en el campo del Espanyol (4-0) dejaron heridas abiertas que se quieren cerrar el sábado

IGNACIO S. ACEDO

Las Palmas de Gran Canaria

Miércoles, 5 de mayo 2021, 01:00

La UD pondrá a prueba su nivel de recuperación, luego de imponerse a la Ponferradina, visitando la trinchera del Alcorcón, equipo revitalizado en el tramo más reciente de la competición, con un balance de tres triunfos en cuatro jornadas, y que mantiene intactas sus opciones de permanencia. La dificultad tradicional que implica Santo Domingo, escenario de algunos escarmientos históricos, no es el único obstáculo de Las Palmas, cuya trayectoria como foráneo siempre ha despertado sospechas y que llegará a la cita con la misión de mejorar sus últimas actuaciones lejos del Gran Canaria y que alcanzaron cotas inexplicables de ineficiencia, tal y como han reconocido en el propio vestuario.

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Se puede ganar, perder o empatar, pero no emborronar la camiseta de esa manera. Y por ahí tiene tarea Mel a lo largo de la semana. Aunque los deberes de la permanencia están ultimados, a falta de un punto de rigor que, a lo mejor, ni acaba haciendo falta, el preparador madrileño se ha propuesto mantener la competitividad hasta el final y combatirá la complacencia con todas sus armas. El listón de los 57 puntos con los que se finalizó el curso pasado es una de las motivaciones porque superarlo equivaldría a protagonizar un final de campeonato más que aseado.

No se vislumbra alfombra roja el próximo sábado en Madrid, por mucho que el Alcorcón haya perdido la friolera de diez partidos en su feudo, y el reto marcado de dar continuidad a los buenos resultados va a requerir una dosis extra de intensidad por las características del adversario.

Y entre la advertencia de un nuevo revolcón si no se da la talla y la moraleja de decepciones recientes, el cuerpo técnico confía en poder materializar la que sería tercera victoria a domicilio (el contador se paró tras el 0-1 en Mallorca y el 1-2 en Fuenlabrada) y que, como premio extra, podría significar un salto hacia arriba en la tabla dadas las diferencias mínimas que hay con Fuenlabrada, Mirandés y Málaga, los tres conjuntos que preceden clasificatoriamente a la UD.

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De los cinco encuentros que restan para finalizar el curso regular, tres van a ser ser en campo ajeno. Alcorcón, Gijón y, ya para la clausura, Logroño serán los escenarios en los que se cubra el cupo de presencias foráneas y, con el balance deficitario que se presenta, sumando Liga y Copa, hay deseo de equilibrar números y suavizar una estadística más que preocupante.

No es menor del detalle de que todos los rivales que acogerán en su plaza a la UD tienen, en estos momentos, objetivos en juego, con la permanencia en el debe pendiente de Alcorcón y Logroñés y un Sporting inmerso de lleno en asegurarse su sitio en los playoff de ascenso, lo que, en teoría, redobla las dificultades ya crónicas que se presentan cuando la piel muta a visitante.

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Mel sabe que no se gana nada cargando la mochila con la mala tradición y confía en que sus jugadores den un paso hacia adelante ahora que se han liberado tras el último resultado. La semana de trabajo que se está desarrollando en Barranco Seco así lo evidencia. No hay mejor pegamento que los triunfos y, en ese sentido, en la UD se ha experimentado una suerte de revitalización que cala en el ánimo e ímpetu de unos jugadores decididos a cubrir con honores mayo por mucho que los sueños de ascenso formen parte, ya, del horizonte de la próxima campaña. La actual no alcanzará.

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