Tras Valerón, Boateng, Jesé y Vitolo, otra presentación como homenaje a la afición

Será en torno a las 18.45 horas, ya cuando UD Las Palmas y Huesca hayan finalizado sus respectivos calentamientos y estén en los vestuarios. Entonces, desde la megafonía del estadio se producirá un anuncio que provocará en los espectadores una reacción similar a la que se daría con un gol del equipo: aplausos generosos en pie y miradas de ilusión al césped. Por allí aparecerá, de amarillo impoluto, Jonathan Viera, el flamante fichaje que va a liderar la UD del futuro y cuyo regreso a casa ha terminado por disparar las expectativas del equipo y sus incondicionales. La normativa sanitaria de la covid-19, además de imponer restricciones en el aforo del estadio (un 40% sobre los 33.000 del aforo completo), impedía, también, organizar un acto multitudinario y específico como antaño para dar la bienvenida al futbolista internacional. De ahí que la entidad decidiera esperar a hoy, cuatro días después del anuncio oficial de su incorporación, para, aprovechando la celebración del encuentro ante el Huesca, en el que se activan todos los mecanismos recetados por las autoridades competentes, procurarle a Jonathan una puesta en escena más que digna.

Se espera la presencia de unos 8.000 espectadores, pese a jugarse en viernes, en una entrada que superaría los 7.100 que acudieron ante el Valladolid en la jornada inaugural. El horario el encuentro y el gancho de poder ver a Viera, aunque sea en una presencia protocolaria, ayudan en la previsión optimista. Y todos los presentes, sin excepción, agasajarán a Viera, ídolo por derecho propio y que ya acelera las pulsaciones de la gente a la espera de que comience a hacer de las suyas.

Las imágenes de sus saludos, esas carreras para los medios gráficos, el lanzamiento de balones y las palabras que piensa dirigir, en las que volverá a declarar su compromiso con el escudo y su optimismo para lo que viene, agitarán al personal. La de Viera será la cuarta presentación de este calibre en la historia reciente de la UD, una iniciativa que siempre tuvo amplio acogida por parte de los seguidores, que llegaron a poblar la Tribuna cada vez que fueron convocados por la llegada de un jugador de relevancia especial.

En julio de ese año compareció en el estadio ni más ni menos que Juan Carlos Valerón, que regresaba a casa tras su largo y laureado ciclo lejos de la UD. Como no podía ser menos, la presentación tuvo eco nacional y congregó en el estadio a más de 3.000 personas, según las estimaciones oficiales. Valerón se armó de paciencia para firmar camisetas, regalar balones y atender todas las peticiones que pudo en mitad de la histeria desatada.

En agosto, poco antes del inicio de la campaña 2016-17, la dirección deportiva de la UD daba el golpe cerrando la llegada del jugador conocido por su paso por varios equipos de nivel europeo, el Milan entre los mismos. Hasta Valerón, ya retirado, fue a recibirlo al aeropuerto en gesto de cortesía institucional. Más de 5.000 espectadores no se quisieron perder el saludo del atacdante alemán de orígenes africanos.

Se habló de 9.000 espectadores para asistir a la primera vez en la que Jesé se enfundó la camiseta de la UD, en el mercado invernal de la campaña 2016-17 y cedido desde el PSG. Una marea humana, en todo caso, que dio la impresión de que ese día había partido más que una presentación sin más.

Antes del inicio de la campaña 2017-18, Vitolo firmó por el Atlético de Madrid pero recaló, en condición de cedido, en la UD, entonces en Primera. Su retorno, después de haber triunfado con el Sevilla y ser internacional fue un gancho imbatible para la gente, que, repitiendo lo vivido con Valerón, Boateng y Jesé, no dudó en tirar para el estadio y dar rienda suelta a su felicidad.

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