William Luján, el psicólogo del Frontón: «Mi objetivo es disfrutar cada ola como cuando era niño»
Este isleño es una de las figuras más queridas y respetadas de la competición
A sus 24 años, William Luján es una de las figuras más queridas del Gran Canaria Frontón King. No forma parte del circuito internacional, no viaja de campeonato en campeonato y tampoco tiene detrás un gran patrocinador. Pero cuando las olas rompen con fuerza en la costa de Gáldar, ahí está él: tranquilo, concentrado y con la misma pasión que cuando era un niño que soñaba con tirarse junto a los mayores.
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«El primer año no me dejaron competir porque era demasiado pequeño, pero ya me tiraba en El Frontón desde los diez años. Aprendí a coger olas aquí, frente a mi casa. Es mi segunda casa», recuerda con una sonrisa.
William fue el primer campeón júnior del Frontón King, en 2017, aunque ya había sorprendido a todos en ediciones anteriores compitiendo con los mejores del mundo. «A los 14 años tuve una manga con Amaury Lavernhe, Diego Cabrera y el australiano Lewy Finnegan. Para mí fue un regalo estar con ellos en el agua».
A diferencia de muchos de sus compañeros de generación, Luján decidió no perseguir la carrera profesional dentro del bodyboard. «El circuito nunca ha sido una prioridad. Siempre me he mantenido al margen porque estaba centrado en mis estudios», explica.
Hoy, con un máster en Psicología y los primeros pasos en el ámbito laboral, combina su vocación profesional con su pasión por el mar. «Estudié Psicología porque me gusta entender la mente humana, y eso me ha ayudado también a disfrutar más de mi deporte. En El Frontón hay mucha presión: compites en casa, con tu gente mirando, y hay que saber gestionar eso».
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Su relación con la competición es más emocional que estratégica. «Nunca me he puesto como objetivo el circuito. Prefiero invertir mi tiempo y mi dinero en surfear las olas con las que siempre he soñado. Este año, por ejemplo, estuve casi dos meses en Australia, y ese tipo de experiencias son las que me motivan».
El Frontón King, sin embargo, tiene un lugar especial en su calendario. «Es mi ola, está aquí, y me gusta competir porque lo disfruto. Mi meta no es ganar, sino surfear como quiero surfear, sin nervios ni presión. Si logro eso, ya estoy cumpliendo mi objetivo».
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Esa mentalidad se nota en el agua. Con una técnica sólida y una lectura precisa de la ola, William surfea con madurez y serenidad. «Hay muchomtrabajo mental detrás. Saber dónde colocar la cabeza, mantener la concentración y disfrutar del proceso. Eso es lo que intento aplicar cada año».
Competir junto a figuras como Armide Soliveres, Pierre-Louis Costes o Uri Valadão, todos ellos campeones mundiales, es una motivación extra. «Tener la oportunidad de medirnos con ellos, en nuestra ola, es un orgullo. No somos profesionales del circuito, pero cuando entramos al agua demostramos que también podemos estar a ese nivel».
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Y lo cierto es que Luján no desentona. Su nombre es habitual en las rondas finales, donde cada maniobra es seguida con expectación por el público local.
«El nivel que hay en Canarias es increíble», asegura. «Tú vienes un día cualquiera al Frontón, sin campeonato, y te sientas a mirar. Siempre hay espectáculo. Aquí todo el mundo sabe surfear muy bien. Creo que es por las olas que tenemos: son exigentes, te hacen mejorar. Es algo que viene de generaciones atrás».
A lo largo de los años, William ha cumplido muchos de sus sueños de surfista: ha surfeado en Chile, México, Irlanda, Indonesia y Australia. Sin embargo, nada se compara a su ola. «He tenido la suerte de surfear casi todas las olas que quería, pero muy pocas se pueden comparar al Frontón. No lo digo solo yo: lo dicen también los que vienen de fuera. Su forma, las rampas, el paisaje… todo lo que la rodea la hace especial».
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Cuando se le pregunta hasta dónde puede llegar el evento, Luján no duda: «El Frontón King y el bodyboard crecen juntos. Son como un equipo. El evento ha hecho mucho por este deporte, y yo creo que ambos pueden llegar hasta donde se lo propongan».
Mientras tanto, él sigue disfrutando cada serie como si fuera la primera. «Lo que me llena es eso: poder surfear aquí, como cuando era niño. Todo lo demás, los resultados o las mangas, son un regalo que viene después».
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