Un Granca estelar y que va a por todo

En semifinales de la Eurocup y lanzados en la Liga Endesa, luego de una racha positiva de cuatro triunfos en los últimos cinco encuentros (victorias ante Manresa, Estudiantes, Acunsa y Baskonia y un único tropiezo frente a Unicaja) y coronada con la exhibición del domingo en el Buesa Arena. El Granca aplastó al vigente campeón del campeonato y lo hizo, además, sin poder contar con Slaughter, su elemento diferencial.

Si ya ganar en Vitoria está reservado para unos pocos, hacerlo con esta solvencia (78-99) ilustra el momento emergente, acaso el mejor de la temporada, de un equipo que ha ido de menos a más, salvando cismas de cuidado, como el que se dio en el arranque del calendario con los malos resultados, las deserciones de algunos jugadores y el apartamiento de Beirán, circunstancias que arrinconaron a Porfi Fisac. De tener las maletas hechas ante un eventual despido, el preparador segoviano ha logrado dar un viraje radical a la pésima dinámica y enfila el tramo definitivo de la campaña con sensaciones impecables y masticando más gestas.

Teniéndolo complicado, no se renuncia en el Arena a colarse en los playoff por el título, cuestión que parecía un sacrilegio meses atrás, y en el escenario continental, el premio de disputar el curso que viene la Euroliga en dependencia de lo que se haga en el emparejamiento que resta para la gran final. Porque de alzar el trofeo, además de constituir una conquista histórica, el pase sería matemático y, en el peor de los casos, también se abriría la opción de regresar al escenario de la elite vía invitación.

En el club insisten en mantener la moderación que ha sido patrón impuesto en los meses precedentes. Al igual que nadie tiró la toalla cuando el panorama dibujaba, incluso, riesgo de perder la plaza en la ACB, ahora que el Granca luce su versión más reluciente también está prohibido hinchar el pecho.

«Todo está lejos», dijo Fisac al calor del sometimiento estelar al Baskonia para desactivar cualquier intento de euforia. Nunca ha ido con su manual de estilo recrearse y hacer cuentas a largo plazo y mucho menos en una aventura, la suya en el Granca, en la que desde muy temprano tuvo que remar río arriba. Alérgico a ir más allá de lo que viene, ha instaurado en el vestuario la importancia de lo inmediato. El próximo sábado llega el Zaragoza y está prohibido en ponerse en otro escenario. He ahí la clave del resurgir.

Y como las buenas noticias siempre llegan acompañadas, ayer quedó confirmado que con Slaugther no hay motivos para la alarma. Si no jugó en Vitoria fue por mera precaución y para evitar agravamientos en una sobrecarga muscular de la que espera evolucionar positivamente con el paso de los días.

De hecho se da por segura su presencia ante el Casademont. Contar con AJ y unirle un Albicy en estado de gracia, con sus 24 puntos del domingo como récord particular en la ACB, dan al Granca más alas para seguri volando.