El Cuyás desnuda la trastienda de Hollywood

Ben Hecht permaneció cinco días encerrado en un despacho para reescribir el guión de Escarlata O'Hara y Rhett Butler. El rodaje de 'Lo que el viento se llevó' se había suspendido después de treinta días de grabación. Su productor David O. Selznick no estaba del todo convencido y despidió al director George Cukor. Endeudado hasta el punto de que su vida corría peligro, in extremis se dispuso junto a Hecht y a Víctor Fleming a encontrar una solución. Productor, gionista y director dieron forma al sueño americano, al Hollywood dorado de los años 40, entre cuatro paredes y asistidos por Miss Poppenghul, secretaria de Fleming, quien se ocupó de tenerlos surtidos de plátanos, cacahuetes como únicos alimentos.

De esta «locura trepidante» surgió, contra todo pronóstico, uno de los «mayores éxitos de la historia del cine». Y de esto es, precisamente, es de lo que trata la obra de teatro 'Plátanos, cacahuetes y lo que el viento se llevó', explica Pedro Mari Sánchez, quien se sube al escenario del teatro Cuyás para interpretar a Ben Hecht. Los espectadores conocerán -indica el actor- la historia real de «cómo se gestó la mítica película, cómo era la trastienda del Hollywood dorado y el ambiente convulso que vivía la sociedad norteamericana entonces por los «temas raciales y sociales».

La obra, dirigida por José Troncoso y producida por Focus, se representará en el teatro grancanario los días 21 y 22 de abril y trae consigo un reparto estrella, al que se suma Gonzalo de Castro que encarna al productor cinematrográfico David Selznick, José Bustos que da vida al director Víctor Flemming y Carmen Barrantes que encarna a Miss Poppenghul.

«Es una comedia con un ritmo vertiginoso pero con momentos de reflexión. Porque la obra plantea temas delicados con un guión que habla de la Guerra de Secesión, de la esclavitud del Sur. Además, hay un tema fundamental que se refleja en el espectáculo y es el mundo de los judíos en Hollywood, porque no se puede obviar que el sueño americano es judío, a los que la sociedad estadounidenses discriminaban», apunta Pedro Mari Sánchez.

Con todo ello, los actores vamos construyendo las diferentes escenas de ese viaje al universo de Hollywood «con una propuesta escénica estupenda de Troncoso, constantemente en movimiento, llena de pasión, emoción y lenguaje poético, algo que refleja la locura que fueron esos días. ¡Es que nadie se puede imaginar lo que son cinco días y cinco noches encerrados, trepidante!«, evoca el actor, que recuerda que la obra está basada en las memorias de esos días de encierro que deja escritas Ben Hecht, quien no había leído el manuscrito. Imagínate qué disparate», describe el actor.

El veterano actor, que cumplió recientemente 60 años en el mundo del cine, describe a su personaje, el prestigioso gionista Ben Hecht, como «un tipo muy comprometido con las redes de apoyo judio e intelectualmente, contra el racismo, mientras que Selznick, también judio, estaba más en buscar el éxito como fuese», describe. Ese choque entre ambos genera un enfrentamiento en tono de comedia que cuenta cosas muy profundas. Dos posturas muy encontradas y bien planteadas en un escenario que evoca la atmósfera del cine. Es un espectáculo sugerente e inteligente», subraya el actor sobre el montaje.

El espectador se «va a llevar una sensación muy placentera, se va a reír, a emocionar y, a veces, sentirá un nudo en la garganta con lo que ocurre porque Hollywood es una fábrica de sueños pero también de pesadillas», confiesa.

La opinión que tiene de Pedro Mari Sánchez sobre esta película clásica no se ha visto alterada después de estudiarla más en profundidad. «Me ha reafirmado ciertas cosas sobre la historia; es una película con un discurso falso...¡con esclavos cantando!. Es la defensa de un mundo que no comparto con la excepción de que es proyección visual fantástica, con momentos históricos, imágenes y puesta de escena maravillosos».

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