Una reflexión escénica y rockera sobre la autoestima

La Sala Insular de Teatro (SIT) de Las Palmas de Gran Canaria se transformará este fin de semana en escenario de rock con el estreno de 'Yo maté a Kurt Cobain', una obra que reflexiona sobre los problemas de autoestima, la depresión y el suicidio al ritmo de canciones de la mítica banda Nirvana interpretada en directo.

Razón por la que «hay que decirle a la gente que venga preparada para ver no solo una obra de teatro, sino también un espectáculo musical, un concierto», advirtió este martes al presentarla su director, Luis O'Malley, solo unos días antes de que se ponga en escena en dos funciones, una el viernes y otra el sábado.

Tras mostrar a los medios de comunicación un avance de 'Yo maté a Kurt Cobain', su director quiso aclarar, en todo caso, que las referencias a Nirvana son solo un soporte más del mensaje de esa obra.

O'Malley estuvo acompañado de las dos actrices que la protagonizan, María de Vigo y Adriana Ubani, mientras la melodía de 'Smells like teen spirit', auténtico himno de los seguidores de la malograda estrella, sonaba de la mano de una banda formada para la ocasión por Nacho Martín, Ximo Martínez y Enrique Martínez.

Ya que, construida a partir de un texto de la autora Rosa Reig en el marco del proyecto Canarias Escribe Teatro -convocatoria pública anual de apoyo y acompañamiento a nuevos dramaturgos isleños- y promovida por la compañía 2RC con respaldo de instituciones como el Cabildo de Gran Canaria, del que depende la SIT, esta busca fomentar el debate sobre los obstáculos que a veces conducen a las personas a plantearse si su existencia vale la pena.

Puesto que «la idea partía de un homenaje a una época, los años 90, pero hablando mucho de emociones» y de «cómo una decisión te puede marcar la vida», declaró el director de la obra.

El espectáculo plantea esas y otras reflexiones al público, según avanza su sinopsis, a través de la historia de Marta, una mujer de 46 años, casada y con dos hijos que sufre insomnio y pasa las noches en la cocina de su piso charlando con Martita, una adolescente de 16 años que la acompaña durante sus largas madrugadas.

Mientras juntas intentan desvelar un misterio que las persigue desde hace años, el de quién mató a Kurt Cobain, sus conversaciones las llevan cada vez más lejos, hasta el punto de que, por último, «se cuestionan si deben o no continuar con su vida», recalcó Luis O'Malley. Director que precisó que, de cualquier modo, la trascendencia de las cuestiones que abordan sus diálogos no impide que sea «una obra divertida» por cómo se enfocan esas reflexiones. Y, además -subrayó-, por el dinamismo que le imprime el rock de Niravana que suena recurrentemente. Un elemento que forma parte del montaje por voluntad de la autora Rosa Escrig.

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