Cuando Marc Anthony hizo reír y gozar por primera vez al público canario

En aquella ocasión, la «fiesta latina», como tituló este periódico la cobertura, fue en Infecar. Unas 23.000 personas hicieron largas colas para conseguir un puesto privilegiado y alguna hasta llevó prismáticos para garantizar la mejor visión. Si la cita estaba prevista a las 20.00 horas, más de 24 antes se arremolinaron hasta 500 seguidores a las puertas del Recinto Ferial, donde esperaron con «una partida al Trivial, cartas, pipas o una pequeña siesta», según el relato de CANARIAS7.

El músico consiguió aglutinar a varias generaciones que, pese a ser jueves, dejaron en pausa trabajos y estudios. «Todo merece la pena», afirmaba hace casi dos décadas Natalia Guerra en aquella fila. Un esfuerzo que además se compensaba con el módico precio de las entradas: por 18 euros los canarios pudieron ver a Marc Anthony, aunque los billetes en reventa llegaron a multiplicarse por cinco. La entrada del concierto previsto en junio de este año se puede adquirir por el doble.

La 'Marcmanía' vino también del brazo de la que en ese momento era su mujer. Jennifer López -que recientemente visitó Gran Canaria para el rodaje de 'The Mother' junto a su actual pareja, Ben Affleck- acompañó al cantante en su gira. Ambos posaron para la prensa y los curiosos desde el balcón del Hotel Santa Catalina, donde se hospedaron, con un estilo muy urbano y 'dosmilero'. Una naturalidad que se transformó en todo glamour por la noche en forma de brillos, traje y corbata.

Lo que no contaron entonces fue que la pareja de artistas no encontró lo que esperaba en la habitación del hotel, que atravesaba una importante decadencia estructural antes de su nueva concesión al grupo Barceló y posterior rehabilitación. Para un mayor confort, decidieron trasladar su voluminoso equipaje al sur de la isla y pasar allí la noche.

Marc Anthony llegó a Canarias para redimirse después de las duras críticas que cosechó en Barcelona y Madrid. Sus conciertos fueron una auténtica «decepción», según titularon muchas cabeceras nacionales , apuntando a «altibajos» del cantante, la ausencia de JLo en los escenarios y una corta duración que apenas llegó a la hora.

Pese a todo, el artista dio lo mejor de sí y agradeció en repetidas ocasiones el entusiasmo del público canario, incluso iniciando el cántico del Pío Pío que le ayudó a conectar enseguida con los presentes. Aunque no todo fue positivo: la tensión que se generó a las afueras del recinto por la demora en la apertura de puertas provocó una avalancha llena de empujones y pisotones para coger sitio. Además, los problemas de sonido al arranque del espectáculo fueron notables, si bien se terminaron resolviendo. Por su parte, López no quiso pasar desapercibida y sí apareció en el 'bis' final para saludar.

La crónica que relata José A. Neketán de aquella noche dibuja a un artista sobre todo agradecido, que invitaba a cantar sus letras, que llegó a besar el escenario y cuya figura venía a representar la gran conexión del archipiélago con Latinoamérica. De hecho, a día de hoy, Canarias continúa siendo una plataforma para los artistas del otro lado del charco que quieren introducirse en el mercado español.

«Cuando el foco lo iluminó, el público explotó y se convirtió en una gran mano tendida», se lee en el artículo. «Quizás era lo que necesitaba (...) a ese público que antes veía tan lejos y ahora tan cerca».

Después del concierto en Gran Canaria tocó un segundo asalto en Tenerifedos días después, donde recibió la misma cálida acogida. Ahora que ya han pasado casi dos décadas de la euforia y cuatro años desde su última visita en solitario, tocará descubrir si Marc Anthony continúa levantando pasiones entre público y si la espera ha valido la pena.