Mata exhibe el dolor de Millares

El dolor y la rabia contenida de Manolo Millares ante la injusticia y la barbarie que le tocó vivir de cerca y percibir a su alrededor se apoderan de dos salas del Museo Castillo de Mata, en la capital grancanaria, hasta el próximo 19 de marzo de 2022. Siete obras del pintor y grabador isleño con mayor trascedencia internacional de la historia se exhiben dentro de la exposición titulada 'Millares: la paz mutilada', que ha comisariado Daniel Montesdeoca, director del Museo Néstor.

La propuesta se inspira en una serie de cuatro serigrafías del artista nacido en 1926 en las que rinde homenaje a su padre y que tituló 'Mutilados de Paz'. «Mostraba en aquella serie, al igual que esta muestra, la pesadumbre que sentía, sobre todo al ver cómo su padre era represaliado injustamente», comenta Montesdeoca junto a 'El Personaje' (1966), espectacular pieza de acrílito, metal, arpillera y retales que dialoga en la misma sala con la también impactante y descarnada 'Sin título' (1968), arpillera con acrílico y metal.

En estas dos piezas, la primera de la colección del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y la segunda del Gobierno de Canarias, son las de mayores dimensiones de la exposición y las que mejor retratan el espíritu de la misma. «En 'El Personaje' vemos hasta los agujeros de los disparos, el símbolo de la Falange tachado y todo su dolor ante la guerra y la represión, mientras que en frente tenemos la otra pieza que simula el enorme cañón del que emana toda esa barbarie que tanto denostaba Millares», explica el comisario.

Y es que Daniel Montesdeoca defiende la importancia de que la iconografía de Millares se entienda en todas sus dimensiones, más allá del gran impacto visual que su estética genera. «Hay que explicar todo su metalenguaje, lo que se esconde detrás de su estética, para que la gente lo entienda bien», subraya quien tiene previsto impartir una serie de visitas guiadas por la muestra las mañanas de los sábados, en enero, para adentrar al visitante en los entresijos de este creador.

«Es una exposición muy pequeña, pero con una fuerte carga simbólica. Además, son piezas de su mejor época, de los cincuenta en adelante, sobre todo de los años 60 y hasta el 71, un año antes de su prematura muerte», comenta sobre una muestra que reproduce en las paredes frases del propio artista y una de su amigo Rafael Alberti.

Una de las curiosidades de 'Millares: la paz mutilada' es que incluye 'Calendario Plástico Número 2' (1951), adquirida por el coleccionista privado José Antonio Casimiro Pérez en Estocolmo y que ha cedido para esta iniciativa.

El blanco, el negro y el rojo son los colores que imperan en esta muestra impulsada por el Ayuntamiento capitalino y en la que han colaborado desde La Regenta hasta el CAAM y el Museo Néstor. Su director destaca que resulta paradógico que figure el recinto del Pueblo Canario, que por cierto lleva cuatro años con las puertas cerradas a la espera de ser restaurado y adaptado a las exigencias museísticas del siglo XXI. «Es curioso que yo, como director del Museo Néstor, monte una exposición de Millares, que fue quien lo denostó. Es una manera, una vez pasado el tiempo, de poner de manifiesto que, a pesar de las estéticas tan diferentes de ambos, en muchas cosas hablaban de los mismos temas, eso sí, en distintas claves y con lenguajes muy diferentes», asegura Montesdeoca.

También atribuye un peso importante al propio Museo Castillo de Mata en el aspecto conceptual de la propuesta. «Estamos en un edificio que comulga con la obra de Millares porque se ha dotado de una modernidad, museográficamente hablando, a una construcción que habla de la guerra, de la defensa y de ser un baluarte. Este edificio bélico se convierte con la obra de Millares en un sustento de lo que el artista habla. Se establece una relación íntima. Él lo hubiera bombardeado, pero una vez descontextualizado para lo que fue construido, se convierte en una obra de arte», dice.

Por el hecho de que seis de las siete obras pertenezcan al Ayuntamiento y al Gobierno de Canarias llevó al comisario a plantearse inicialmente el título de «'Millares el gran ciudadano'». «Estas obras son de todos y creo que las Casas Consistoriales, que poseen una gran colección artística, debería musealizarse y que el público pueda disfrutar de su colección en condiciones, salvo cuando se utilice el edificio para otros fines», defiende Daniel Montesdeoca.

'Millares: la paz mutilada' se puede visitar de lunes a viernes, de 10.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 20.00 horas durante la Navidad. Los sábados y domingos, el horario es de 11.00 a 14.00 horas. Cierra el 24, 25 y 31 de diciembre, así como el 1, 5 por la tarde y 6 de enero.

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