Nicolás Guerra Aguiar | Miembro honorario de la Academia Canaria de la Lengua (ACL)
«Las lenguas evolucionan, pero hay que conservar nuestra modalidad dialectal»Profesor de Lengua y Literatura, jubilado desde hace 15 años, Nicolás Guerra sigue activo en la defensa de la lengua y la cultura en general
Natural de Gáldar, Nicolás Guerra se formó y creció en una escuela en la que tuvo la suerte de cruzarse con un maestro que lo invitó a manejar como libro de lectura el diccionario de la lengua española. No sólo en las aulas aprendió, también lo hizo en las calles de su pueblo y la playa de Sardina, donde conoció las diferencias sociales y culturales que siempre lo han llevado a la defensa de aquellos a los que la vida no les ha ofrecido las mismas oportunidades que a él. Jubilado desde hace años, sigue escribiendo semanalmente en prensa. Ahora es miembro honorario de la ACL.
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–¿Qué supone formar parte de la Academia Canaria de la Lengua? Y sobre todo, ¿para qué sirve esta institución?
–En diciembre del año pasado me llamaron a ver si me interesaba o si no ponía objeción a que me presentaran como candidato para ser elegido. Yo acepté y ahora, en diciembre, al paso de un año, tomo posesión. No le puedo hablar del funcionamiento interno porque lo desconozco. De todas maneras, tengo la impresión de que el funcionamiento interno está en manos de los académicos titulares, digamos. La función del honorario, pues, no sé si existe o si es simplemente colaboración. En fin, todo eso lo iré conociendo ahora.
–En todo caso, ¿qué significa la lengua canaria?
–No existe la lengua canaria. Lo que existe es una variante de lo que se llama el español en el castellano, aunque acertadamente hay algún miembro de la academia y de los fundadores, hoy catedrático de La Laguna, Marcial Morera, que habla del andaluz occidental, que es el que se implantó en Canarias. Y que lo nuestro, pues, es una variante de ese andaluz, el sevillano fundamentalmente, el español hablado en Sevilla. Pero vamos, como lengua no se puede considerar en absoluto. Tampoco es el valenciano una lengua, es una variante dialectal del catalán.
–Como profesor durante tantos años, ¿qué diagnóstico hace del habla de los canarios?
–Las lenguas están evolucionando y no nos podemos oponer; muy al contrario, sería un auténtico disparate intentar imponer, como a veces le ocurre a la Academia Española, que intenta imponer ciertos usos, ciertas normas, que, en fin, son rigurosamente respetables, porque provienen también de personas muy preparadas, de sabios en la lengua y en la literatura. A la lengua no le podemos poner impedimentos, trabas, porque mi punto de partida es que el hablante es el dueño de la lengua. La función de la academia es rigurosamente normativa para evitar posibles confusiones. Son los hablantes los que hacen la lengua.
–¿Hablamos mal?
–No, hablamos de otra manera. Utilizamos el español o el castellano de otra manera distinta. Tenemos un léxico propio, un léxico que tiene guanchismos, que tiene muchísimos americanismos, muchísimos términos andaluces. Modismos típicos de Granada, o de Andalucía, los usamos aquí.
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–Con la internacionalización de la sociedad, ¿estamos perdiendo vocablos propios, modismos?
–Sí, como le sucede a todas las lenguas y a todas las variantes dialectales. Lo que pasa es que yo observo, y esto fue una gran experiencia de aula, la presencia de términos inexistentes en Canarias, o uso de los pronombres, por ejemplo, del vosotros. Mi gran sorpresa, y le hablo del año 2000, fue que una alumna, estoy hablando de gente de COU, de 17 o 18 años, estaba explicando algo y utilizó el vosotros. Entonces le pregunté que si procedía o era peninsular. Dice, no, no, yo soy canaria, mis padres son canarios, mis abuelos son canarios... Entonces, ¿por qué usa usted el vosotros? 'Porque me gusta hablar bien, me gusta hablar correctamente. Porque en mi barrio la gente dice ustedes y yo sé que eso es un vulgarismo, que la forma correcta es vosotros'. Y eso me dio pie para entrar en un tema que nunca había tocado en clase, el español hablado en Canarias. Y de ahí arrancó mi dedicación, hace más de 25 años, al español hablado en Canarias.
–Ahora TikTok y las redes sociales están variando la forma de hablar, y de escribir, de los más jóvenes.
–Sí, pero hay una cuestión también que me parece muy importante y que no se debe olvidar. El aula es quien enseña –la sociedad también–, pero si hay un profesorado interesado en la conservación de nuestra modalidad dialectal, pues me parece prudente, conveniente, que se intente mantener un elemento identificador desde el punto de vista lingüístico. Como es el seseo, como era el uso mayoritario de la tercera personal plural en vez de la segunda, etcétera. Tengo la impresión de que o esos profesores jóvenes ya están contaminados con las variantes impuestas desde fuera, o la Consejería no se ha manifestado con el rigor necesario, no para corregir, sino para aclarar que nosotros no hablamos mal, hablamos de otra manera: desde el punto de vista de pronunciación, desde el punto de vista léxico, de las construcciones gramaticales.
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–Y según su experiencia en las aulas, ¿los jóvenes han perdido la costumbre de escribir?
–Yo llevo 15 años jubilado. Conmigo escribían porque era la única manera de comunicarnos, aparte de la cuestión oral, precisamente para eso, para que se acostumbraran a escribir, a utilizar el diccionario. Hacíamos, a lo largo de un trimestre, siete u ocho ejercicios escritos. Yo miraba, no corregía, sino sugería algún cambio, alguna transformación. Y al final se acostumbraron a escribir, pero parece que hoy, por lo que oigo a colegas, no hay costumbre de escribir más que a través del móvil. Y ahí sí tiene problema la lengua, porque como se tiende a reducir, a simplificar, a utilizar la 'pq' en vez de porque, por ejemplo, entonces llegará el momento en que puedan tener problemas a largo plazo. Se está perdiendo la riqueza numérica en la lengua. Se está sustituyendo por frases hechas, por construcciones extranjeras, muchas palabras extranjeras, no todas absolutamente necesarias, muchísimas de ellas prescindibles en cuanto existen las correspondientes en español. Si usted mira un periódico, verá que en los pueblos y en las ciudades como ésta hay muchísimos actos con muchas palabras en inglés. Y se crea un abismo entre la información y el supuestamente informado.
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–No será por sinónimos.
–Nuestra lengua es riquísima. Estamos hablando de más de 90.000 términos. Pero parece que el término extranjero, sobre todo el inglés, llama más la atención. No se ha valorado suficientemente la variedad dialectal. Si fuéramos conscientes de la riqueza que tenemos, estaríamos orgullos. No tenemos petróleo ni grandes industrias, pero en Canarias tenemos un bagaje cultural impresionante. Nuestra variedad dialectal. Es nuestra identidad.
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