Cultura
Jinámar atraviesa la cuarta pared del teatro de la vidaEl barrio orillado entre dos ciudades se recorre a través del 'dramawalker' creado para el Centro Dramático Nacional
El sello del Centro Dramático Nacional queda impreso en la historia de Jinámar, ese barrio orillado entre dos ciudades –Telde y Las Palmas de Gran Canaria–, convertido en materia teatral por Rosa Escrig. Tras el éxito de 'Polígono', esa obra que ha quebrantado a espíritus sólidos en los teatros de la isla, llega este 'dramawalker' que a través de 16 piezas sonoras invita a recorrer el barrio como quien atraviesa las salas de un museo. Escuchando una historia, la de aquellos que han sido testigos de la transformación del Valle a través de sus conflictos y sus riquezas humanas.
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Escrig ha coordinado el proyecto artístico que recorre el barrio tras embarcarse en el complejo proceso de edificar 'Polígono'. La obra narra desde los escenarios las inclemencias vitales de una serie de personajes que se perfilan con las historias reales de horas y horas de entrevistas con los vecinos. Eso está presente en este 'dramawalker', que partiendo este miércoles de la tristemente abandonada Casa de la Condesa enseñó un anticipo auditivo del recorrido completo por calles y lugares en los que ha acontecido esa historia minúscula que tanto tiene que ver con el abandono institucional
Arropando este proyecto se encuentra el Centro Dramático Nacional, cuya directora de mediación Paloma Monleón se encontraba presente en este estreno al aire libre. La responsable de este área en la unidad dependiente del Instituto de Artes Escénicas y de la Música ve en estos montajes sonoros la siempre recurrente fórmula de derribar la cuarta pared, donde el autor o el interprete se funden directamente con la audiencia en la experiencia creativa. «Pretendemos precisamente eso: salir del teatro, ir a los territorios y que sean las vecinas y los vecinos las que nos cuenten sus historias. Poner encima de la mesa sus experiencias, sus luchas o sus emociones y poder desde nuestro lado darles visibilidad para que todos podamos conocerlas», manifestó.
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Jinámar tiene una historia que contar y lo hace en 'Polígono'
En el origen de todo está 'Polígono'. Esa idea que explotó en la inquietud creativa de Escrig hace años, tras la lectura de la tesis 'La isla interior', de Federico González Ramírez, y que creció hasta convertirse en una pieza teatral en la que los vecinos no solo servían de base documental, también compartían escenario con los actores profesionales.
Tras la puesta en marcha de aquel proyecto ha llegado este otro. «Esto tiene la motivación de crear ficciones geolocalizadas en determinados barrios o ciudades, como las que ya se han creado en lugares como Barcelona, Madrid, Sevilla o Santiago y en otros países. Al conocer nuestro proyecto con 'Polígono' nos llamaron con el interés de convertir todo ese trabajo que estábamos realizando con la obra en esta ficción sonora. Algo a lo que nos apuntamos desde el primer minuto», dice Escrig desde las plazas de Jinámar, ese barrio convertido en una enorme musa.
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Escrig y su equipo dedicaron muchas horas a 'Polígono'. Un compendio de historias e imágenes que hicieron que su encaje en la propuesta del Centro Dramático Nacional fuera inmediato. «En este proyecto es imprescindible una documentación que lleve todo el tiempo que sea necesario. Rompemos, además de la cuarta pared, los tiempos, porque son muy distintos. El proceso de informarse o documentarse que hacen los dramaturgos antes de ponerse a escribir es muy largo. Las ficciones sonoras disponen de todo el tiempo que necesitan para concretar lo que queremos contar, la historia real. La pequeña historia de la vida cotidiana que solo se consigue con cuidado, con cariño y estableciendo un vínculo emocional con estos barrios», apunta Monleón.
Anna Vanderville, Irma Correa, Gemma Quintana, paula vorace, Quique y Yeray Bazo, Antonio Tabares y Luis O ́malley conforman el equipo de dramaturgos que se han volcado en la construcción de este 'dramawalker'. Ellos han generado el relato que forma parte de esta historia sonora con la que se puede recorrer Jinámar comprendiendo a través de las vivencias de su ciudadanía cómo ha sido la vida en el barrio.
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«Tuvimos un gran encuentro entre los dramaturgos y las vecinas y vecinos para que ellos recolectaran directamente esas vivencias, no solo lo que yo había recopilado», cuenta Escrig.
La emoción de un barrio
La Casa de la Condesa era un espacio este miércoles en el que se percibía la emoción. Esas vecindad que forma parte de sustento real de las historias estuvo representada y participó en el recorrido, tras escanear el QR, que les proponían los archivos de audios colgados en soundcloud. El final de la ruta inaugural fue decorado por un sincero aplauso y el reconocimiento de que aquello que se había pasado por el tamiz de la ficción escenificaba lo que ellos han atravesado en tantos años de convivencia.
Historias de alambrada, infancias a pie del mercadillo, un triste recuerdo a la Sima y lo que supuso en los albores de la Guerra Civil, componen las 16 piezas de este producto intensamente inmersivo. «A veces demasiado», confiesa Escrig. «Las tres ficciones grabadas para la Sima son muy espectaculares, o la de destino caído, que sucede en la Casa de la Condesa, que contienen una gran carga», refiere esta creadora cuya historia personal se cose de por vida a la de Jinámar.
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