Hervás: «El oficio de educar en los museos aún es una profesión marcada por la precariedad»

Rosa María Hervás ha dedicado gran parte de su carrera a profundizar en la sinergia entre los museos y la educación. El esfuerzo unido de ambos entornos da lugar, en su opinión, a mejores personas. En el marco de la presentación del novedoso Plan Estratégico de los Servicios de Educación de los centros dependientes de la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, la profesora de la Universidad de Murcia y miembro de la directiva del ICOM (Consejo Internacional de Museos) ofrece una conferencia sobre el futuro de los departamentos de Educación en los Museos, titulada 'Aprender para pensar'. La cita es este jueves, a las 12.00 horas, en la Sala Josefina de la Torre del Teatro Cuyás, con entrada libre.

¿Qué es más importante para un museo, incrementar su número de visitas o trascender en la sociedad cuyo patrimonio representa? Es una de las primeras reflexiones de Rosa María Hervás, que destaca, por encima de todo, que «los visitantes son el alma de un museo y, además, quienes reciben y difunden la importancia de su patrimonio».

Por ello, la manera en la que un museo o centro cultural 'educa' a sus visitantes es algo que va más allá del valor de sus colecciones o del número de visitas actuales que atesora. «La educación nos ayuda a ser mejores personas. Nos enriquece. Los museos y los centros culturales son lugares que ofrecen una multitud de formas en las que un individuo puede crecer. Son lugares únicos donde es posible hacer descubrimientos significativos sobre uno mismo y sobre la sociedad», afirma sin reparos la educadora.

El verdadero nexo entre la educación y los museos se sustenta, desde hace años en los DEACs, (departamentos de educación y acción cultural). Su misión es, según define Rosa María Hervás, «facilitar experiencias significativas a los visitantes de los museos para que apliquen y desarrollen su potencial intelectual. El aprendizaje se produce cuando una persona relaciona la información nueva con la ya existente en su estructura mental».

Y es que se da por supuesto que las educadoras forman parte del equipo de diseño, producción y ejecución de una exposición. «Sin embargo, esto rara vez ocurre. La educadora podría ofrecer a los equipos de conservadores, diseñadores, museógrafos... conocimientos de los que carecen para conseguir que la visita a un museo pueda convertirse en una experiencia que ayude a los visitantes a reflexionar y contribuya a su desarrollo personal», reivindica la profesora.

Tras la pandemia, era evidente un deterioro extremo de las condiciones profesionales de los y las educadoras culturales. Rosa María Hervás recuerda, a este respecto, un artículo de Aída Sánchez de Serdio en 'El País', en 2021, titulado: '¿Todavía educan los museos?', «en el que describía la situación de extrema incertidumbre y el incremento de la precariedad de muchas profesionales de la educación en los museos».

Sin embargo, la representante del Consejo Internacional de Museos cree que la interacción cultural y los programas de educación nunca han estado tan presentes en los museos como ahora. «Hoy en día los museos ofrecen una gran variedad de visitas guiadas y eventos especiales a medida, cumpliendo así su misión crucial, que es llegar a su público y educar».

Además, poco a poco, en estos últimos años, los museos y centros culturales han vuelto a la normalidad, valora Hervás. «Sin duda, la novedad más destacada es la aparición de soluciones tecnológicas innovadoras en el ámbito de la cultura. Sin embargo, muchos museos y centros culturales se encuentran en un debate entre su pasado analógico y un futuro con múltiples plataformas digitales, entre lo local y lo global, entre el objeto físico y el 'no objeto'», especifica la experta.

Un número considerable de educadores y educadoras en museos sufre en la actualidad una situación laboral incierta, lo que ha motivado un emergente movimiento que reclama una regulación específica para este sector profesional.

«Sin duda, la estabilidad laboral y el reconocimiento del perfil profesional de la educadora es fundamental», destaca Rosa Hervás como elementos fundamentales de las demandas. El oficio de educar en los museos «aún es una profesión marcada por la precariedad», reconoce la profesora.

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